Teatro Cervantes, 19/11/2011
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: del autor y de José Cortés (archivo) y web
El sobrenombre -“Apoteosis de la Danza”- con el que Wagner bautizó, sin justificación, la séptima sinfonía de Beethoven fue el usado para titular el concierto del pasado fin de semana, en el que se incluyó, además, su Coriolano y el cuarto concierto para piano.
El público supo agradecer con su presencia, casi llenando el teatro, la primera y única programación de obras de Beethoven en esta temporada. Resulta incomprensible que en las programaciones de anteriores temporadas no se haya incluido de manera sistemática sinfonías de Beethoven o Brahms o Schuman, por ejemplo, y nos alegramos que en esta sí se estén incluyendo alguna de las obras esenciales de la música clásica.
El libanés Abdel Rahman El Bacha (foto superior) fue el pianista elegido en esta ocasión para el cuarto concierto para piano, en el que confirmó con creces su maestría y perfecta interpretación, proyectando su serenidad y confianza. Se enfrentó a la obra de memoria, sin partitura, al igual que hacía su madre -conocida cantante que no leía música-, quien acertadamente debió transmitirle la importancia de sentir y aprender la música de oído.
Nos sorprendió Edmon Colomer dirigiendo sin batuta una magnífica séptima de Beethoven -emulando a Stokowsky, Kleiver, klemperer, o el más actual, Gergiev- . Acudió a la cita con partitura, sabiendo prescindir de ella. Dirigir sin batuta - o sin partitura como le animé, sin éxito, en mi anterior crónica-, tiene mucho que ver con la estética buscada y con la personalidad de cada director, siendo también un recurso expresivo que el director titular supo aprovechar en esta especial ocasión. Encontramos al maestro Colomer en un momento dulce, seguramente de crecimiento personal, con derroche de optimismo y confianza, exultante al frente de la orquesta; ora arengaba a los chelos casi bajándose del atril; ora juntaba las manos al cuerpo, sin moverse, dejando a la orquesta tocar libremente; otrora brincaba de puntillas en los fortes. La obra lo permitía. Louis Spohr -compositor, violinista y director- participó en el estreno de la Séptima Sinfonía en 1813, dirigida por Beethoven, e hizo referencia a los movimientos "extraordinarios" y "singulares" del compositor: "en los pasajes piano , él se iba agachando cada vez más, según el grado de suavidad que deseaba. Si entonces empezaba un crescendo, él volvía a subir gradualmente y, en la llegada del forte, saltaba en el aire. A veces, también, inconscientemente, gritaba para dar énfasis al forte"
La orquesta respondió positivamente a la entrega de su director y vimos, por ejemplo, unas primeras cuerdas volcadas, destacando el primer segundo violín y el primer contrabajo que, anecdóticamente, incluso hizo "bailar" su instrumento en los pasajes más rítmicos.
Emocionante segundo movimiento, Allegretto, uno de los más bellos jamás compuestos.
La amplia espera entre movimientos quizás restó algo de deseable continuidad a la representación. En otras representaciones actuales de la séptima se está optando por unir prácticamente el primer y segundo movimiento, con una ligerísima pausa, lo que ayuda a mantener la tensión y a apreciar aún más los contrastes entre ambos.
El público acogió con profusos aplausos y se vieron algunas personas de pié. Comentarios de “espectacular” se escucharon repetidamente a la salida. Todos echamos de menos un bis del segundo movimiento, tal y como sucedió en el estreno de la obra, bis que se ha ido reiterando en algunas ocasiones a lo largo de la historia.
Noviembre se convierte en el mes de Beethoven en el Cervantes; este concierto enmarca y precede, la novena sinfonía, obra cumbre de la música y de la humanidad, que tendremos ocasión de escuchar el próximo día 30, de la mano de la orquesta y coro de la Filarmónica Nacional de Moldavia. Aprovechemos.
Puede comentar este artículo al pie página y también en facebook
Próximos conciertos y artículo relacionado: “Atractiva programación de clásica y lírica en el Teatro Cervantes”.
Orquesta Filarmónica de Málaga
Director: EDMON COLOMER
Piano: ABDEL RAHMAN EL BACHA
Coriolano. Obertura, Op.62, L.v. Beethoven
Concierto para piano y orquesta nº 4 en Sol mayor, Op.58, L.v. Beethoven
Sinfonía nº 7 en La mayor, Op.92, L.v. Beethoven
Lo mejor: Buena comunicación director-orquesta, implicación de las primeras cuerdas. Selección del pianista solista.
Lo mejorable: Acústica del recinto, ¿para cuando el auditorio?. Pausas entre movimientos.