El destacado director catalán Salvador Brotons i Soler protagonizó una irregular velada donde sobresalieron su visión del final de la sinfonía de Dvorak y los bises del pianista invitado Juan Pérez Floristán.
Teatro Cervantes, sábado, 16 de noviembre de 2013.
Texto e imágenes: Alfonso UH de Mendoza | imagenes del director obtenidas de la web
El programa del quinto concierto de abono no consiguió despertar el interés general del público, llenando menos de la mitad de las butacas del Cervantes, en un repertorio diseñado a medida del director invitado; con una primera parte que incluía su propia obra “Intrépida“ y el concierto para mano izquierda de Ravel; y una segunda con la sexta sinfonía de Dvorak, sin duda lo más atractivo de la propuesta.La Intrépida de Brotons i Soler, de fuertes contrastes y amplio peso de metales y percusión, fue acogida con entusiasmo por los incondicionales del compositor catalán, poco abundantes pero bien presentes en la sala, y frialdad por el resto. Este breve paseo contemporáneo sirvió para acoger al joven pianista sevillano Juan Pérez Floristán, al que ya escuchamos hace un año en el primer concierto frente al mar, gustándo mucho su estilo y previsible proyección.
En esta ocasión, un más maduro y barbiluengo Juan subió al escenario de la principal sala malagueña para interpretar uno de los dos conciertos para piano de Ravel, compuestos simultáneamente a principios del siglo veinte (1929-32), en concreto, el concierto para mano izquierda, consecuencia del encargo de un reconocido pianista manco.
Esta obra es de una inusual carga dramática y utiliza para subrayar ese carácter unos importantes efectivos musicales, presentando una señalada mezcla de géneros y estilos donde se incluyen episodios jazzísticos a lo largo de sus tres movimientos, interpretados sin interrupción.
Como el propio Ravel afirmó “lo esencial es no dar la impresión de un tejido sonoro ligero, sino el que pueda tener una partitura escrita para las dos manos”, construyendo una página pianística con numerosos efectos de masa y sostenidos que nos hacen creer acústicamente que las dos manos se agitan sobre el teclado, contrastando con la evidencia visual de una sola, acertadamente teatralizada por Floristán con su mano derecha bien visible agarrada al lateral del asiento, como suele ser habitual en estos conciertos para una mano.
La interpretación de esta interesante pieza quedó deslucida por la escasa presencia del piano, que al ser tapado ocasionalmente por la masa orquestal vio mermada su deseable personalidad. “Presencia relativa” que no debe achacarse al pianista -al menos, no exclusivamente- sino principalmente a la concepción interpretativa del director, que en este caso pareció verse desbordada por la exhuberancia instrumental de la orquestación de Ravel.Sensacionales bises de Juan Pérez que quiso compensar y corresponder la incondicional entrega del público con un bien matizado Arabeske op. 18 de Schuman y una colorida Danza del Gaucho Matrero de Ginasterra, con los que terminó ganándose a los asistentes.
La sexta sinfonía del ecléctico compositor checo Dvorak fue la protagonista de la segunda parte en la que Brotons dirigió de memoria, sin atril ni partitura, buscando la comunicación -cuerpo a cuerpo- con la orquesta, haciendo alarde de su conocimiento de la obra. Nos ofreció un sobresaliente tercer movimiento, ya de por sí una de las páginas más atractivas de la música: un furiant-presto en el que Dvorak incluyó por primera vez en una sinfonía esta enérgica danza checa. Notable final y perdonables primeros movimientos donde puntualmente faltó entendimiento entre secciones.
El irregular programa y resultado interpretativo de este concierto lo pone a la cola de los excelentes con los que ha abierto esta temporada sinfónica de la OFM, formación que por otro lado se sigue mostrando afinada y en buena forma.
PROGRAMA 5Viernes 15 de noviembre 20,30 h.
Sábado 16 de noviembre 20,00 h.
Director: Salvador Brotons
Primera parte:
SALVADOR BROTONS, Intrépida
MAURICE RAVEL, Concierto de piano para la mano izquierda en re mayor
Piano: Juan Pérez Floristán
Segunda parte:
ANTONÍN DVORÀK, Sinfonía nº 6 en re mayor, op. 60