Viernes, 15/02/2014. Un Cervantes lleno recibió al maestro milanés con un prolongado aplauso, más allá de lo habitual, una declaración de intenciones de lo que iba a depararnos la velada: un reencuentro con una de las figuras más queridas y respetadas de la música en Málaga.
Texto: Alfonso UH de Mendoza | fotos: del autor y web
Sin duda el del viernes fue un concierto muy especial, emotivo, por un lado se cumplía el aniversario del primer concierto de la orquesta (1991) y por otro, los abonados de siempre, los fieles, los entendidos, se reencontraban con el director que más seguidores atrajo durante su etapa de cinco temporadas desde 2004; ¡hasta 1200 abonados!, muy alejados del alrededor del medio millar actual solo unos pocos años después.
Por un momento, parecía que el tiempo no había pasado ni por el maestro ni por la filarmónica, un instrumento de precisión que conocía perfectamente y con el que se iba a enfrentar al repertorio del compositor ruso Chaikovski.
En la primera parte se interpretó la suite número 4, llamada Mozartiana, de un valor creativo inferior al ser un mero ejercicio de estilo surgido de la admiración del ruso por Mozart; de hecho, son orquestaciones a lo clásico (orquesta reducida sin percusión) de dos piezas para piano, el ave verum y un tema de Gluck. En estas adaptaciones se esforzó al máximo por ser fiel al espíritu mozartiano y carecen del interés emocional y de forma que despiertan otras composiciones superiores, como sus sinfonías, auténticas obras maestras.
Lo más destacable de la interpretación de las mozartianas fueron las variaciones del cuarto movimiento con protagonismo solista de la concertino y maderas, que afrontaron con sobrada solvencia las dificultades medias de la partitura.
El plato principal de la velada sin duda fue la cuarta sinfonía de Chaikovski “Sinfonía del destino” en la segunda parte, a la que Aldo Ceccato se enfrento sin atril, de memoria, como debe ser en una página tan esencial de la música.
La cuarta tiene un alto componente biográfico y sentimental al estar impregnada de las emociones del fracaso matrimonial del compositor con una discípula, Antonina Miliukova. Recordemos en este punto la homosexualidad oculta del compositor y el amor platónico con la Condesa von Meck, a quien dedicó la sinfonía.
Tras un comienzo de las trompas y fagots brillante, la orquesta se mostró desigual a lo largo de la composición; sobresaliente en su conjunto y en la mayoría de secciones, con unas cuerdas, maderas y flautas siempre acertadas, pero con unos resultados menos satisfactorios en otros metales, como la tuba en el eco de la escala descendente del primer movimiento o la interpretación del Fatum (tema del destino) en su reaparición cíclica en el cuarto (sorprendente dada la corrección de su exposición en el primero). Parece que el prolongado descanso de principios de año ha hecho pequeñas mellas en la tensión de algunos bilabiales, siempre difíciles, cuestión que no observábamos desde hace tiempo y en la que se deberá mejorar en homogeneidad en un futuro.
Magnífica interpretación del tercer movimiento -pizzicato ostinato- (ABA) de longitud sin precedentes que “emplea un novedoso efecto orquestal, que he ideado yo mismo”; uno de los movimientos de más bella instrumentación del genio ruso, lleno de imágenes oníricas impulsadas a través de caprichos arabescos que juegan entre las diferentes secciones de cuerda de manera magistral en la parte A y de vientos en la B, con una extraordinaria interpretación del solo de flauta piccolo endiablado técnicamente, ¡nada menos que 21 notas en tres segundos!.
Buen allegro con fuoco final que despertó los más entusiastas aplausos y varios bravos hacia la orquesta y director, que tuvo que salir reiteradamente y en cuyos llorosos ojos era visible la emoción del reencuentro con la OFM y con el público malagueño, con "sus" abonados.
PROGRAMA 9
Viernes 14 de febrero 20,30 h.
Sábado 15 de febrero 20,00 h.
Director: Aldo Ceccato
Primera parte:
PIOTR ILIICH TCHAIKOVSKY, Suite nº 3 en sol mayor, op. 55
Segunda parte:
PIOTR ILIICH TCHAIKOVSKY, Sinfonía nº 4 en fa menor, op. 36
Comentarios
Respecto a lo comentado hacia Antonio sólo decirle que en los 5 años y medio que llevo en la ciudad sólo he tocado con la OFM
Como conoces las reseñas se circunscriben a conciertos concretos, y lo mismo que en mis reseñas anteriores venía destacando la buena trayectoria y momento de los bilabiales podrás convenir que en el primer movimiento de la sinfonía -el viernes- hubo algunos fallos evidentes entre el minuto 5:30 y 6. Eso nos puede ocurrir a todos y no por eso somos peores profesionales si no que debería servirnos de estímulo para seguir mejorando.
Lamento que te sientas ofendido por mis palabras, toda vez que mi intención dista mucho de ser negativa hacia ti o cualquiera de tus compañeros, sin embargo espero que entiendas que no debo renunciar a expresar mi opinión sobre lo que escuché, haciéndolo de manera comedida y respetuosa como creo hice, releyendo la reseña. De cualquier forma entiendo que al ser un instrumento único puedas quedar relativamente más expuesto pero también sería injusto generalizar en exceso.
Te envío este mensaje en privado por respeto hacia ti, no teniendo ningún inconveniente en hacerlo por comentario público en el artículo si lo consideraras conveniente, dímelo, aunque no quiero dar más relevancia a algo que, sinceramente, creo que no la tiene, habiendo quedado claro también mi opinión la buena trayectoria anterior de los bilabiales, el excelente resultado de conjunto en la velada y lo emocionante del reencuentro, argumento principal de mi reseña.
Cordialmente,
Alfonso
PD. Finalmento lo he publicado como comentario público por no haber recibido respuesta de Sergio y por el comentario posterior.
Respecto al comentario de Antonio, lo circunscribo a su relación, sin verle en los conciertos de la OFM.