02/01/2017. Teatro Cervantes
Autor: Alberto Medina | Fotos: Promocionales / TC
No es casualidad que el Concierto de Año Nuevo se celebre todos los años en Austria porque se puede escribir la historia de la música clásica sin salir de Viena, con compositores de la talla de Haydn, Mozart o Mahler, aunque esta cita está unida indiscutiblemente con Johann Strauss (sin parentesco con Richard Strauss). Creado en los albores de la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en uno de los fenómenos de las televisiones europeas año tras año. Es tal el furor con el concierto de la Sala Dorada de la Musikverein de Viena que incluso la única posibilidad de asistir es mediante sorteo. Todos los años el repertorio prácticamente es monopolizado por la familia Strauss y lo único que cambia es la batuta de la orquesta filarmónica de Viena, con directores de la talla de Karajan, Mutti o Dudamel.
Este año, en el que se celebran los 30 años de la remodelación del Teatro Cervantes, podemos disfrutar por primera vez de un Concierto de Año Nuevo protagonizado por la Orquesta Filarmónica de Málaga, huyendo como otros años de producciones enlatadas que se repiten por toda la geografía nacional. El mestizaje, como comentó el director titular de la Orquesta Filarmónica de Málaga en un breve discurso, es el protagonista de un programa donde disfrutar tanto de las tradicionales melodías vienesas (Strauss padre e hijo, Von Suppé) como por la música de nacidos de otras tierras (Lehár, Leoncavalllo…) e incluso de algunos fragmentos de zarzuelas. La Orquesta Filarmónica tuvo el mismo buen nivel como en el resto de la programación ordinaria, y aunque no llegó al ritmo peculiar que marca la Filarmónica vienesa en sus valeses (un-doooos-tres, con un tercer pulso mucho más breve y uno segundo más adelantado), estuvo en sintonía con el ritmo navideño.
De nuevo tenemos a un intenso Hernández Silva, trabajando con convicción, y dando toda su energía y desparpajo a las polcas y a las zarzuelas, en especial al intermedio de La boda de Luis Alonso. La voz del tenor Pablo García-López, que a pesar de tener un extenso curriculum internacional, no termina de entusiasmar ni sobresale demasiado en comparación a otros tenores que hayan pisado anteriormente el escenario malagueño. Hay momentos en los que simplemente los instrumentos ocultan su voz, todo lo contrario sin embargo, la joven soprano rondeña Alba Chantar regala al público entregado una mezcla casi ideal de dramatismo y lirismo. Deliciosa su interpretación de Les oiseaux dans la charmille de Offenbach y con ganas de volver a escuchar su voz.
La asistencia del público fue extraordinaria, mucho más que en muchos conciertos de la Orquesta Filarmónica de Málaga, no sabemos si habrá que tirar con mayor frecuencia de repertorio edulcorado vienés. La decoración bastante insulsa, por no decir que inexistente, incluso ya no estaba el decorado floral navideño que adornaban los palcos del proscenio. Para terminar, los bises con el dueto Lippen schweigen de La Viuda Alegre (F. Lehar), El Danubio Azul (J. Strauss Jr) y lo que todo el público esperaba: ser dirigido por Hernández Silva para acompasar con las palmas en la archiconocida Marcha Radetzky. Ya solo queda desear a la Orquesta Filarmónica de Málaga los mejores deseos.
Navidad en el Cervantes
Director Manuel Hernández Silva
Obras de J. Strauss, R. Leoncavallo, F. von Suppé, J. Offenbach, F. Lehár, R. Chapí, G. Giménez, R. Soutullo - J. Vert
Alba Chantar soprano
Pablo García López tenor
1.30 h. (s/i)
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