Teatro Cervantes, 10/01/2012
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza
Caemos dos veces en la misma piedra con una mediocre Orquesta Sinfónica y Coro Nacional de Moldavia traídos nuevamente por Euroespectacles - Promoconcert. Lean los cinco des conciertos:
Desde hace meses se venía anunciando el concierto de la Orquesta Sinfónica Estatal Rusa y Coro Estatal Ruso con un atractivo programa: novena de Beethoven y Carmina Burana de Orff, con el que se habían vendido anticipadamente casi todos los asientos del Teatro Cervantes a precios de 23 a 50 euros.
El año pasado, sobre esta fechas, la misma productora Euroespectacles - Promoconcert, nos ofreció el mismo programa con una orquesta de Moldavia que merecidamente cosechó las críticas que su interpretación sembró. Teníamos la esperanza de escuchar en esta ocasión a una orquesta más solvente, como la rusa, pero todo fue un espejismo.
Los días previos al concierto, el Cervantes distribuyó unas octavillas anunciando otro programa (sustituyendo la novena por la quinta), otra orquesta (la de Ucrania) y otro director (sorprendentemente el de Moldavia); el desconcierto estaba servido. Tras consultar con el teatro nadie sabía el programa y orquesta definitivo.
En el mismo concierto nos enteramos a través del programa de mano que las obras se mantenían pero la orquesta era sustituida por la de Moldavia. Ninguna explicación adicional, ni verbal en el concierto, ni con antelación a través de un comunicado de prensa, web o facebook. ¿Miedo a las devoluciones?.
¿Qué falló? ¿porqué? un concierto de esa envergadura no se improvisa: hay que mover muchos músicos e instrumentos, elaborar e imprimir el programa de mano,... ¿porqué se ocultó el cambio?.
Aforo Libre lo avisó un poco antes en su Facebook (pinchar aquí), otra de las ventajas de seguirnos por esa red social.
Cual triste deja vu nos volvimos a encontrar sin quererlo frente a una formación orquestal de tercer nivel y a una “burbuja” de Novena, carente de sustancia; un mismo director septuagenario inmerso en su partitura “de bolsillo”; escaso sentido del tempo y de la expresividad; descuadres entre-intra secciónes; notas falsas; metales desafinados y escasa tensión labial; las mismas voces solistas engoladas, de vibrato y fiato imposibles; salvados en parte, menos mal, por un coro de nivel medio.
Quien quiera profundizar más, puede leerse la crítica del año pasado ya que serviría perfectamente para este. (ver aqui)
Sin duda que resulta incómodo hablar tan elocuentemente de unos músicos y cantantes que seguramente lo hicieron lo mejor que pudieron. Nos encontramos ante lo que sería una interpretación veleidosa, es decir, de buenas intenciones pero equivocada en el lugar y en el nivel de calidad exigido. Esta representación no debió darse en el Teatro Cervantes.
No crean que esto solo nos ocurre en Málaga, no, esta misma orquesta y coro al parecer han actuado en el Auditorio Nacional de Madrid o en el Liceu barcelonés, como lo oyen. ¿Qué ocurre? al fin y al cabo los espacios escénicos se alquilan en busca de una rentabilidad y mientras el teatro se llene -como se llenó- ¿a quién le importa la calidad?, a nosotros sí, claro está.
Y si un espectáculo u orquesta se “quema”, pues se cambia por una rusa y listo, pero es que esta vez ni eso.
Euroespectacles - Promoconcert interesa al Cervantes porque llenan y previsiblemente llenaran con los próximos Alabama Gospel Choir, Concierto de Aranjuez, Strauss Festival, es decir, casi toda la programación musical de diciembre y enero. Son el Mac Donalds de los espectáculos.
Para los oyentes experimentados, con referencias previas, resulta un tormento escuchar una obra a la que adoramos con los fallos y carencias con los que se interpretó la novena. Es cierto que dios (Beethoven) se vislumbra entre las notas, pero es un dios mermado, lacerado.
Parece que a este concierto acudieron pocos oyentes experimentados -o pasaron desapercibidos- y el criterio fue poco exigente, primando la educación, ¿cómo no se va a aplaudir? o la verguenza. Van a intentar disfrutar y lo hacen si o si. Esto ya lo hemos vivido en otras ocasiones, ¿recuerdan la Traviata de la temporada pasada?.
Obviamente, escuchar la música clásica -y cualquiera- debería ir más allá de conformarnos con cualquier interpretación mientras se parezca a la música de la “tele”.
Por eso surgió Aforo Libre, para ayudar a orientar hacia la calidad el criterio de los espectadores.
El programa elegido tiene un gran tirón, no cabe duda. Bien interpretado gusta tanto a los oyentes más noveles como a los melómanos más comprometidos y exigentes, es una obra maestra. ¿Porque tienen que venir de Euroespectacles-Moldavia a llevarse el dinero y las ilusiones de los malagueños?, ¿no sería deseable que los excelentes efectivos locales ofrecieran estos programas?.
Pronto veremos un Concierto de Navidad de la Filarmónica con obras del gerundense Montsalvatge, dudo que llenen, ¿no supone un coste de oportunidad? ¿dejar de cubrir un importante hueco de mercado? ¿propiciar que vengan de Moldavia -o de donde sea- a intentar llenarlo?.
No me cabe duda que con la Filarmónica, Coro de Ópera, Carmina Nova y elegidas voces locales podríamos escuchar una novena de altísimo nivel, una referencia interpretativa, que se podría convertir en tradición, ¿por qué no?. Todos los años procuro ir a la tradicional novena de la sinfónica de Madrid en el Auditorio Nacional, ¿por qué en Málaga no y en Madrid si? o Barcelona, Londres o Berlín.
No por programar obras “esenciales” se es menos culto, máxime si ayudamos al sostenimiento económico de la cultura y música local.
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