Teatro Cervantes, 08/12/2012
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza
Un Cervantes lleno acogió la clausura del tradicional Ciclo Malagueño de Zarzuela en una representación con muchas luces -y alguna sombra- de “Doña Francisquita”.
Con Doña Francisquita, el Teatro Lírico Andaluz puso el broche final de lo que viene siendo un sensacional ciclo de zarzuela, del que no me he cansado de verter merecidos elogios, representación tras representación.
Doña Francisquita es una de las “grandes” de la zarzuela española, presentando una especial complicación tanto en el plano vocal como orquestal; una comedia lírica en tres actos con música del maestro Amadeo Vives y libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw basado en "La discreta enamorada" del eterno Lope de Vega.
La obra transcurre en los carnavales de Madrid, narrando los elaborados planes de Francisquita para conseguir el amor de Fernando -encaprichado de Aurora-, prometiéndose con el padre de aquel para despertar su interés y contando con la desinteresada colaboración de Cardona -amigo de Fernando- para concluir en un feliz desenlace en el castizo Baile de Cuchilleros.
Un vistoso y clásico decorado de fachadas, cambiado enlas diferentes escenas, fue el encargado de enmarcar la representación de esta tradicional obra, si bien su vistosidad se vio ensombrecida por haberse situado angulado hacia las butacas, estrechando innecesariamente la puesta en escena, provocando algunos embudos y cierto hacinamiento en el centro y fondo del escenario que desmerecieron el generoso elenco de la obra. Si se hubiera invertido el ángulo de los elementos del decorado, hacia dentro en vez de hacia fuera, sin duda hubiera dotado de un mayor lucimiento a la puesta en escena.
Sobresalientes voces e interpretaciones de la soprano Ruth Terán -Doña Francisquita- y del tenor Juan Carlos Barona -Cardona-: sensacionales voces de bello timbre, excelente técnica, vocalización y proyección. Sin duda, lo mejor de la velada.
También destacable el tenor Gonzalo Terán en el papel de Fernando con una impecable y entregada interpretación.
Brillantes, como siempre, Miguel Guardiola y Susana Galindo en sus papeles de Don Matías (padre de Fernando) y Doña Francisca (madre de Francisquita), quedando en un segundo plano la tesitura de la mezzosoprano Sonia González en el papel de Aurora. Correctos los coros.
Notables ausencias de dos valores seguros de la compañía como son Luis Pacetti y Lourdes Martín, a quienes esperamos volver a ver pronto.
La orquesta -dirigida por Arturo Díez Boscovich- tuvo una discreta intervención con algunos perceptibles desajustes, especialmente en los metales, con una trompa poco afortunada -no fue su día- si bien debemos tener en cuenta la elevada dificultad del instrumento y de la partitura.
En esta ocasión, sí eché en falta más efectivos musicales (arpa incluida), aún así los profesores nos ofrecieron algunas brillantes páginas, como el conocido fandango del tercer acto, en el que el ballet también tuvo luz propia con una sensacional coreografía de Aída Sánchez y la excelente ejecución por los bailarines.
Lucidos, si bien más modestos, el resto de bailes que adolecieron -pendularmente- de aires naif y de poses clásicas (algo chocantes en los carnavales madrileños).
Buen vestuario y correcta iluminación que permitieron, en general, gozar de la obra.
El público malagueño abarrotó el Teatro Cervantes, aplaudiendo numerosas intervenciones y profusamente al final de la obra, que pone el punto final a este imprescindible ciclo de zarzuelas del que esperamos ya su próxima edición.
El Teatro Lírico Andaluz es un exponente de lo mucho y bien que se puede hacer contando con un elenco básicamente local y un excelente aprovechamiento de los medios disponibles, ofreciendo zarzuelas fieles y completas a un altísimo nivel con unos precios relativamente asequibles. Gracias por permitirnos disfrutar de nuestro género chico temporada tras temporada.
Hasta siempre, hasta pronto.
Teatro lírico Andaluz
Doña francisquita, comedia lírica en tres actos y cuatro cuadros de Amadeo Vives según libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw.
Con Cristina Toledo, Lourdes Martín / Carmen Serrano, Susana Galindo, Luis Pacetti /
Manuel de Diego, Pablo Prados, Miguel Guardiola, Antonio Garzón y Sonia García
Coreografía Aída Sánchez
Coro y Orquesta Teatro Lírico Andaluz
Dirección escénica Pablo Prados
Dirección musical Arturo Díez Boscovich