Teatro Cervantes, 15/03/2013
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: Daniel Pérez (TC)
El pasado viernes asistí a mi primer estreno de una ópera, en Málaga, de Málaga; una obra contemporánea llena de contrastes … y me gustó.
Zamarrilla, Bandolero se basa en la leyenda de Cristóbal Ruiz, el “Zamarrilla”, el más sanguinario bandolero malagueño del siglo dieciocho, de su encuentro con la virgen, su conversión y posterior penitencia como un humilde fraile de convento.
El libreto permite el lucimiento del protagonista, que fue magistralmente interpretado por el barítono Antonio Torres, a quién tenía muchas ganas de volver a escuchar en Málaga.
Antonio tiene unas cualidades sobresalientes, su voz es de timbre muy bello en toda la tesitura, potente, articulada; su técnica, impecable, con un extraordinario control, fiato y vocalización; tiene un físico agradecido y aporta una interpretación teatral entregada y creíble; además tuvo una noche inspirada, ¿qué más se podía pedir?. Sin duda fue la voz más destacada, gustándo especialmente -por su belleza- la romanza de la primera escena, todo un himno a Málaga.
Entre las voces femeninas, destacó la soprano María Bernardina del Pino (Berna Perles), con una maravillosa intervención como la niña crecida. Hace poco que tuvimos ocasión de escucharla en un exitoso concierto lírico con la Filarmónica (leer aquí). Esta soprano dará mucho y bueno de qué hablar, lo mismo que Antonio Torres. Ambos se sitúan como las voces emergentes más destacadas del exigente y nutrido panorama lírico malagueño.
Las voces masculinas tienen un especial peso en esta obra, que fue bien repartido entre resto de “voces de trono”, sobresaliendo una vez más el tenor Luis Pacetti como Nicanor.
El resto de voces del elenco, cuidadósamente elegido, también estuvieron a un altísimo nivel, con una sensacional Virgen de la Amargura interpretada por Lourdes Martín.
La música del compositor Antonio Rozas Matabuena estuvo llena de contrastes, con guiños a lo atonal que a veces costaba asimilar y encajar en un libreto tradicional. La partitura, bien hilvanada, contiene bellísimos pasajes que nos introducen en lo épico, evocaciones cinematógráficas de música incidental y melodías inspiradoras, como la que acompaña las apariciones de la virgen a lo largo de la partitura, cual Guadiana musical, preciosa.
Magistral la marcha de Semana Santa entre escenas del segundo acto, sensacionalmente dirigida por Arturo Díez Boscovich e interpretada por la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, que estuvo brillante, con lucimiento de las trompetas y percusión, despertando entregados aplausos del público.
Arturo Díez hizo un trabajo extraordinario con la partitura, demostrando una ardua y exigente labor previa y su genialidad en el atril. Es un verdadero lujo para nuestra ciudad, una joven “batuta blanca” que estoy convencido que nos seguirá dando muchas más alegrías y motivos de orgullo, trascendiendo del ámbito local.
El Coro Diké, formado por un collage de voces corales locales, estuvo acertado en sus intervenciones, afinado y conjuntado, si bien la puesta en escena resultó algo estática y lenta en ocasiones, en pro de un lucimiento de los personajes principales. Como contraste dinamizador disfrutamos de unos bonitos bailes de la compañía Pasos Danza con la coreografía de Ana Puyol.
Los elementos escénicos, vestuario y luces me parecieron austeros, poco más que correctos, si bien suficientes para el lucimiento de lo verdaderamente importante.
La noche del viernes hubo poco público en butacas, poco más del tercio de su aforo, estando los pisos más poblados. Resulta incomprensible este aparente desinterés de los malagueños por lo propio, conociendo el amplio apoyo con el que cuenta la lírica más tradicional. Si bien es cierto que los días elegidos no fueron convenientes -jueves y viernes-, especialmente para los abonados, quienes fueron relegados al jueves, en una nueva acción de “fidelización” baldía.
Los espectadores terminaron aplaudiendo en pié de forma prolongada propiciando varias subidas y bajadas del telón, compensando con entrega su escaso número.
Zamarrilla Bandolero
Ópera en cinco actos de A. Rozas Matabuena con libreto de Pedro Carrillo.
Lorenzo Rodríguez de la Peña
Diké Producción de Málaga
Solistas Antonio Torres, Carmen Ariza, Luis Pacetti, Lourdes Martín,
Juan M. Corado, José Antonio Ariza, Luis López, Cristina Risueño,
Jennifer Rodríguez, María Bernardina del Pino, Javier Olmedo
Coro de Ópera Diké
Grupo Diké Teatro
Pasos Danza
Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga
Director de escena Lorenzo Rodríguez de la Peña
Dirección coreográfica Ana Puyol
Directora del coro Luisa Dolores Camacho
Director musical Arturo Díez Boscovich