Teatro Cervantes, 06/01/2013
Texto : Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos web SFO
Éxito de valses, polcas y marchas de la familia Strauss en un espectáculo inspirado en el tradicional concierto de año nuevo de Viena.
Si el año pasado disfrutamos de una gala de año nuevo de excelente nivel con un elenco netamente local (Orquesta Filarmónica de Málaga dirigida por Díez Boscovich y elegidas voces locales, leer aqui), este año 2013 lo inauguramos con una nueva producción de Promoconcert, esta vez con orquesta, bailes de salón y soprano de diversas procedencias europeas, que nos ofrecieron un colorido y jovial espectáculo.
Tres cuartos de aforo en el Cervantes dieron la bienvenida a la festiva música vienesa de salón; valses, polcas, galops, marchas y arias fueron correctamente interpretadas por la orquesta, que fue de menos a más, con unos metales con pequeñas imprecisiones en las primeras piezas -un talón de Aquiles usual en numerosas formaciones-, subsanadas rápidamente.
El ensemble de baile compuesto por cuatro parejas -de correcto frac ellos y de vistosos vestidos ellas, que cambiaron hasta en seis ocasiones- deleitó al público con los tradicionales bailes de salón vieneses, elegantemente ejecutados en bien hilvanadas coreografías.
Los bailes del ensemble se intercalaron con las arias de la opereta El Murciélago interpretadas por la soprano de coloratura Elena Svedova, de ágil voz y potentes agudos, que despertó los bravos de los asistentes en numerosas demostraciones de su capacidad de fiato, que le permitió sostener las notas más allá de lo habitual.
Mención especial merece la jovialidad del director Nikolai Koliadko (distinto al inicialmente anunciado) que animó continuamente la representación con su buen hacer, simpatía y humor; así, le vimos dirigir la Piccicato Polka con las manos pegadas al cuerpo, el "A la caza"con gorro tirolés y pistola, brindar con champán o incluso desaparecer del escenario durante la ejecución dejando a la soprano con una nota colgada. Dirección expresiva y rigurosa con elegantes toques de clown.
Siguiendo la larga tradición vienesa el concierto no terminó con el programa previsto sino que se añadieron las habituales tres piezas, una de elección del director, que fue el villancico “pero mira como beben” excelentemente cantado por la soprano, el vals A Orillas del Bello Danubio Azul, con una sensacional coreografía, y la ineludible Marcha Radetzky, en la que el público participó alegremente con sus palmas.
Broche de lujo tuvo la velada cuando el director invitó a una espectadora malagueña de cinco años a subir al atril y dirigir nuevamente la Radetzky para deleite de todos los asistentes. Una hermosa niña que supo guardar perfectamente el ritmo la primera vez que dirige una orquesta. No se pierdan el simpático video:
Buen sabor de boca en esta alegre velada en la que el público terminó aplaudiendo en pié, con un regusto amargo al pensar que por este mismo espectáculo se pagó menos de la mitad en el auditorio de Zaragoza u once euros menos en el Auditorio nacional de Madrid, ¿qué tendrá el Cervantes?
¡Próspero 2013!