Jueves 31/07/2014. Starlite Festival, Marbella.
Texto: Daniel Lozano | Fotos: Esmeralda Álvarez
Pocos festivales pueden juntar a tal espectacular ramillete de artistas como lo hace el Starlite Festival celebrado en las canteras de Nagüeles en Marbella. Echando un vistazo al cartel de este año uno puede ver que hay propuestas para todos los públicos y la del 31 fue una de esas, especialmente dirigida a los amantes de la ópera. José Carreras y Ainhoa Arteta compartieron tablas en una de las noches más esperadas por los devotos de la música culta.
Hace ya cinco años que el tenor catalán decidió poner punto y final a su frenética e intensa actividad operística para reducirlo a un pequeño número de recitales al año. Quizá sea esta decisión la causa de que el concierto fuese más un recital que un acto operístico de cierto nivel. Junto a la soprano vasca hicieron gala de un repertorio sencillo y popular, interpretando piezas de compositores como Bizet, Tosti, Pennino, Barbieri y Alonso entre otros y bajo la batuta de David Giménez (sobrino del tenor) que dirigió a una Orquesta Filarmónica de Málaga con más gracia que fondo. Respecto a la orquesta hay que comentar que se mostró concentrada y acertada y es de agradecerlo, porque son muchos los malagueños que demandamos una profunda transformación en nuestra orquesta y una mayor inversión en ella por parte del Ayuntamiento de Málaga y de la Junta de Andalucía.
El sonido fue extraordinario y eso que la labor del técnico de sonido nunca es fácil tratándose de sonorizar a una agrupación tan numerosa y delicada, fue de lo mejor de la noche, volumen y sonido sensacionales.
Acerca de los dos protagonistas de la velada destacamos la actuación de Ainhoa Arteta, que estuvo radiante, expresiva y lírica. Es un deleite la miel de su hermoso timbre, su luminosa presencia y la categoría musical que atesora pero que no puso al cien por cien al tratarse de un repertorio técnicamente asequible para una de las voces más sobresalientes del panorama musical español. Destacó su poética interpretación de Alfonsina y el mar brindando unos pianissimos muy vehementes que lograron crear una atmósfera realmente mágica. En uno de sus bises, Summertime, nos deleitó con una bajada de octava resuelta en otro pianissimo que fue capaz de mantenerlo durante no menos de veinte segundos. Destacado fue su vivo zapateado en La tarántula de la famosa zarzuela La tempranica.
Ver a José Carreras es disfrutar de una de las voces más importantes que ha aportado España a la historia de la ópera, pero su voz ya castigada por el paso del tiempo y su conocida enfermedad han dejado al tenor en una sombra de lo que fue, una hermosa e inmejorable sombra que nunca olvidaremos los allí presentes y que nunca podremos agradecérselo lo suficiente. El catalán escogió un repertorio de tesitura más baja de lo que corresponde a la zona aguda característica de un tenor lírico y fue todo un ejemplo de buen gusto, experiencia, clase, genialidad y por encima de todo, de superación. Nos embelesó con su interpretación de Non ti scordar di me, tema que interpretaba junto a su compañero y colega Plácido Domingo y que nos hizo recordar a aquellos tres inolvidables tenores.
Fue una noche especial, inolvidable, glamurosa y agradable. Esperamos con ilusión más presencia del género culto en este tipo de festivales en los próximos años.