Teatro Cervantes, 13/05/2012
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: Teatro Cervantes
Los integrantes de la compañía malagueña Teatro Lírico Andaluz nos ofrecieron una colorida y divertidísima zarzuela que cautivó sin reservas a los espectadores, quienes terminaron ovacionando en pié.
Buena puesta en escena de esta conocida Zarzuela de principios del siglo pasado, una obra que resultó divertidísima, con numerosos guiños al público, llena de ritmo y buen hacer.
Con una modesta producción y escenografía, el despliegue de la compañía hizo parecer pequeño el escenario del Cervantes, que se disfrazó de Egipto para la ocasión. Retroproyecciones alegóricas sobre el fondo del escenario, paneles y velos que separaban ambientes se conjugaron con elementos figurativos para dar vida a una alocada corte del Faraón, más que suficiente para poder gozar de las interpretaciones.
Las voces estuvieron sobresalientes, entonadas, expresivas, buen fraseo y articulación. Muy destacable la excelente -y poco frecuente- vocalización y proyección de las voces de todos los intérpretes que hizo innecesario el común recurso de otros escenarios como el Teatro de la Zarzuela de Madrid de proyectar la letra subtitulada para poder seguir adecuadamente la obra.
Magníficos solistas tanto el dúo compuesto por la soprano Ruth Terán (Lota) y el barítono Antonio Torres (Putifar), ambos de muy bello timbre, como el del Faraón y Reina, interpretados por los carismáticos Lourdes Martín (soprano) y Luis Pacetti (tenor), sensacionales y con su “chispa” característica.
Los personajes cómicos estuvieron geniales, un inspiradísimo José el Casto, interpretado por Pablo Pardos -a su vez gerente de la compañía- nos hizo pasar momentos inolvidables, al igual que el excepcional “...Arikón” (una “loca” del estilo de Raul Sender) de Miguel Guardiola, ¡bravo!.
Buen “Cuplé babilónico” -Ay ba... Ay, babilonio que marea- a cargo de Marta Bolaños en el sensual papel de Sul. Coros, bailes y papeles secundarios también a un excelente nivel.
El malagueño Arturo Díez Boscovich se situó en el atril y transmitió toda su energía a músicos y cantantes, siendo admirable la maestría y capacidad de este joven-veterano director que prácticamente dirige de memoria todos sus conciertos en un alarde expresivo. Por cierto, tras la obra el maestro me desveló que próximamente dirigirá la Chulapona en una ambiciosa producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, quienes frecuentemente requieren de su liderazgo a la batuta.
Buena ejecución de la orquesta, que superó con éxito algunos desapercibidos pequeños descuadres.
La compañía transmitió a raudales su amor por la música y lo mucho que parecen disfrutar con ella, algo bastante inusual en estos días. Se aprecia su buen entendimiento y compenetración, seguramente a raíz de una excelente dirección que es capaz de crear una atmósfera propia de amigos que gozan de su profesionalidad y comunican su simpatía. Enhorabuena.
Un público resacoso de la noche en blanco y con un Málaga en puertas de Champions ocupó casi en su totalidad el patio de butacas, llenando los pisos en la sesión de seis a la que asistí. Profusos aplausos en pié al terminar la representación.
Con toda seguridad este ciclo de Zarzuelas inyectará la necesaria ilusión a los amantes de la lírica malagueños, sumidos en el desconcierto tras las escasas y mediocres representaciones de la Temporada Lírica. Anímense para la próxima zarzuela de esta compañía -La canción del Olvido- el 24 de junio.
Teatro Lírico Andaluz
Zarzuela en un acto de Vicente Lleó sobre libreto de G. Perrín y M. de Palacios
Elenco: Ruth Terán / Carmen Serrano, Lourdes Martín, Sonia García, Maria José Lora, Marta Bolaños, Nuria Pérez, Jennifer Rodriguez, Laura Rojo, Luis Pacetti, Pablo Prados, Antonio Torres, Miguel Guardiola, Guillermo Díaz, Patricio Sánchez, Fran Del Pino, A. Garzón, Fran Ortiz y Raúl Del Toro
Coreografía: Aída Sánchez
Coro y Orquesta: Teatro Lírico Andaluz
Dirección escénica: Pablo Prados
Dirección musical: Arturo Díez Boscovich