Nov 25 2012

Teatro Cervantes, 24/11/2012

Octav calleya¡Feliz cumpleaños!
V concierto de Temporada
Orquesta Filarmónica de Málaga

Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: web (La Opinión, Malaga Hoy) y del autor

Singular y acertada iniciativa de la Orquesta Filarmónica Málaga homenajeando a su primer director titular, el rumano Octav Calleya, con la excusa de su 70 cumpleaños.

Entrada del Teatro CervantesMálaga debe mucho a Octav, muchos de los músicos de la filarmónica lo saben. Hace ya tiempo que los más veteranos demandaban un reconocimiento “a tiempo” del director que supo dar forma a la Orquesta Ciudad de Málaga (rebautizada Filarmónica en 2001), y la onomástica de su séptima década fue el motivo perfecto.

El maestro Calleya eligió un lucido programa para la velada en el que se movió con soltura entre su origen rumano (Enesco), posterior adopción malagueña (Turina, Albeniz) y su vocación universal (Beethoven).

El público reaccionó favorablemente a la propuesta, casi llenando ambos días el Teatro Cervantes.

Abrió la velada una magistral interpretación de la primera de las dos rapsodias rumanas de Enesco. Vital, extrovertida y brillante partitura nacionalista en la que descubrimos, por ejemplo, una ingeniosa onomatopeya del canto de la alondra, según la más arraigada tradición popular rumana.

Una exagerada pausa, necesaria para subir al escenario el Steinway de cola y recomponer los efectivos de la orquesta, dio paso a la excelente pianista rumana Racula Ouatu, Raluca Ouatuque vimos entregada en las respectivas rapsodias de Turina y Albeniz en una acertada y sentida ejecución de memoria. Sorprendente potencia de sus fortes en una inusual dinámica en apoyo de la  expresividad.

Sensacional y motivada estuvo toda la orquesta a lo largo del programa, destacando la primera viola -Dunia-, siempre en busca del necesario dialogo entre grupos -especialmente con los chelos-, y una buena labor de la concertino -Andrea- en un concierto seguramente muy especial para ella. Vientos y percusión sobresalientes.

Tras el descanso, adelgazó la orquesta para acometer la esencial tercera sinfonía de Beethoven, la cual fue compuesta tras la súbita agravación de su sordera y en plena crisis vital, dirigiendo a la música a un nuevo camino -nunca explorado ni imaginado anteriormente-, rompiendo con el formalismo sinfónico Haydniano.

No puedo dejar de recomendar la película “Eroica“ que reproduce lo que pudo ser la primera audición privada en el palacio del principe Lobkowitz, en una dificilmente igualable ejecución historicista por la Orquesta Revolucionaria y Romántica dirigida por el maestro John Eliot Gardiner, en la que una mermada sección de cuerdas magnifica la expresividad de los vientos. Se la regalo:

Precisamente al príncipe Lobkowitz le fue dedicada finalmente la tercera tras la decepción que sufrió Ludwig al autocoronarse emperador Napoleón, traicionando los ideales de la Revolución. «¡Ahora sólo... va a obedecer a su ambición, elevarse más alto que los demás, convertirse en un tirano!» dijo Beethoven de su hasta entonces héroe francés con el que se sentía unido por evidentes paralelismos vitales.

Octav CalleyaDe esta decepción surgió el título final: “Sinfonía Heroica, compuesta para celebrar el recuerdo de un gran hombre” y  afortunadamente también surgió la maravillosa “marcha fúnebre” desplazando a una “triunfal” inicialmente prevista que luego usaría como último movimiento de la quinta.

Pocas veces es tan evidente que el genio creador humano se acrecienta con las decepciones y desgracias; solo un Beethoven conocedor de la injusticia humana, la soledad, al borde de la desesperación, cercano al deseo de una muerte liberadora, pudo transmitir la elocuente tristeza que inspira este segundo movimiento, esta marcha fúnebre, este duelo por un héroe.

Como anécdota, un director de orquesta contemporáneo a Ludwig usaba guantes negros al enfrentarse a este sentido movimiento.

Lean -o relean- el testamento de Heiligenstadt (laquí), no se arrepentirán.

Tras la marcha fúnebre, un chispeante Scherzo aboca al triunfalista final.

Emotiva interpretación del director, Octav Calleya, quien -con gesto claro y confiado- se dedicó a pintar las notas de la Filarmónica con su mano izquierda (aquella encargada de transmitir la expresividad) con continuos apoyos de la derecha (supuestamente encargada del tempo) en un mayor énfasis expresivo e intencionado detrimento de los tiempos. Mayor énfasis gestual en la primera parte que se transformo en austeridad al enfrentarse a la sinfonía beethoviana, seguramente confiando en el buen hacer de “su” orquesta.

Sensacional final con el “cumpleaños feliz” de toda la Filarmónica, profusos aplausos del público y señalados bravos, a los que me uno desde esta líneas.

Marcadas ausencias de los responsables actuales de la Orquesta, al menos el sábado que es cuando acudí, echando en falta a altos representantes del Consorcio, Director o Gerente actuales, ni siquiera un ramo o un detalle para el maestro al finalizar la velada; incomprensible.


Orquesta Filarmónica de Málaga
Director OCTAV CALLEYA

Piano RALUCA OUATU

Rapsodia rumana nº1 en La mayor, Op. 11, G. Enesco
Rapsodia sinfónica, Op. 66 (solo de piano), J. Turina
Rapsodia española (para piano y orquesta), I. Albéniz / G. Enesco
Sinfonía nº3 en Mi bemol mayor, Op. 55 (Eroica), L.van Beethoven


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