Teatro Cervantes, 16/03/2012
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: Daniel Pérez / TC
“Ha sido un fiasco, peor aún, la gente se ha reído” escribía Verdi tras la primera representación. La compañía Teatro Lírico D’Europa nos presentó una poco ambiciosa producción y floja ejecución en un abarrotado Cervantes.
“Ha sido un fiasco, peor aún, la gente se ha reído. Pero, ¿qué quieres que te diga? No me importa. ¿Me equivoco yo o se equivocan ellos? Creo que la última palabra sobre La traviata no se dijo ayer por la noche” escribía Verdi tras la primera representación en 1853. La obra fue tan rompedora en su época – iniciando el movimiento verista italiano o ambientando la obra en la época contemporánea, algo impensable en la tradición operística- que fue un hazmerreír en su estreno. Por motivos totalmente distintos, la representación del pasado fin de semana también fue un fiasco.
Teatro Lírico D'Europa es una compañía de artistas búlgaros que principalmente hace tournées por escenarios modestos en Estados Unidos. Su declaración de intenciones indica que ofrece operas en formato completo con presupuestos reducidos, y, efectivamente, eso fue lo que tuvimos, una representación modesta, sin brillo.
Sustitución anunciada a última hora del director por Krasimir Vasilev para aportar su mayor experiencia, obtenida liderando la misma obra y compañía por Estados Unidos. También un cambio de los cantantes de los roles principales –Violetta y Alfredo- para la representación del sábado, por lo que previsiblemente la representación del viernes, a la que asistí, fue la mejor de las dos al contar con las principales figuras de la compañía.
La representación quizás pudiera ser un buen primer acercamiento para los espectadores más noveles, si bien los melómanos con referencias previas sufrimos en crescendo con esta opera “enlatada” - término que se utiliza para denominar aquellas producciones que se representan igual en numerosos escenarios, metafóricamente es lo que el pret a porter sería a la alta costura en moda-, y no es que me disguste este concepto de “enlatado”, depende siempre de qué y cómo lo enlates.
La escenografía fue clásica y ambientada en el siglo XIX, sin asumir riesgos. El escenario consistió en una pared aventanada que con pequeños cambios de mobiliario y ornamentación se fue adaptando a cada uno de los actos y localizaciones de la obra. Iluminación básica. Vestuario vistoso.
En el aspecto vocal lo más destacable fue la plana interpretación de Dobromir Momekov , Barítono en el papel del padre de Alfredo. Stanislava Ivanova como Violetta, el papel más exigente, estuvo correcta aunque con grandes limitaciones, todavía más evidentes en Orlin Goranov como Alfredo. Las voces secundarias y coro estuvieron un paso por detrás de las principales.
La orquesta tuvo un relativo buen comienzo que se fue diluyendo a lo largo de los actos.
Es sabido que el público malagueño ansía las representaciones líricas, ya sean de ópera o zarzuela, y responde con su masiva presencia a cualquier convocatoria. Las entradas para ambas representaciones – viernes y sábado- se agotaron días antes y la expectación ante una Traviata desbordó cualquier previsión. También acudieron numerosas personalidades, entre las que distinguimos al alcalde y Sra. en el palco lateral del primer piso.
Como es habitual en este escenario, incluso independientemente de la calidad de las ejecuciones, el público acogió la obra con cerrados aplausos, si bien en esta ocasión observamos una inusual precipitada salida de buena parte del respetable.
Lo que pudimos ver y oír la noche del viernes no merece más comentarios, que solo harían leña del árbol. El Teatro Lirico D’Europa lo hizo lo mejor que supo y seguro que con buenas intenciones. Deben tener un hueco digno en labores de difusión de la ópera en espacios escénicos menores, si bien creo que su elección fue desacertada para nuestro Cervantes.
Muchas polémicas abiertas sobre esta temporada lírica- como la destitución del anterior director artístico, programar solo tres obras o infrautilizar a los profesionales y coros malagueños- aunque lo que verdaderamente nos interesa a los espectadores es la calidad, sobre todo musical, de las representaciones, que en lo que llevamos de temporada dista mucho de lo que merece esta ciudad. Por supuesto nada comparable a lo que se puede ver en el Teatro Real de Madrid, solo a dos horas de viaje, o incluso en la Maestranza de Sevilla.
El público, por ahora, sigue acudiendo sin reservas a las citas líricas del Cervantes, garantizando su rentabilidad y continuidad, entonces, ¿por qué no se busca fidelizarlo ofreciendo buenos espectáculos?.
La Temporada Lírica se cerrará con Adiós a la bohemia, los días 8 y 9 de junio, en la que por fin participarán la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga, dos activos que se deberían potenciar en este ciclo, y que seguramente ayudarán a reducir el amargor de una devaluada temporada.
Malos tiempos para la lírica …
Producción Teatro Lirico d´Europa
Ópera en tres actos de Giuseppe Verdi con libreto de F.M. Piave según la novela La dama de las camelias de A. Dumas.
Solistas Stanislava Ivanova, Orlin Goranov, Dobromir Momekov, Petya Stoeva, Tzvetomira Gitzova, Yuri Nikolov, Vladimir Hristov, Hristo Sarafov
Coro y Orquesta Teatro Lírico D´Europa
Dirección general y escénica Giorgio Lalov
Director del coro Yuri Nikolov
Director musical Krasimir Vasilev