Teatro Cervantes, 22/03/2013
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos del autor, Julio Ramírez y web
Valiosa propuesta y sobresaliente interpretación de un maravilloso concierto, de los que dejan huella. Éxito musical e interpretativo en un Teatro Cervantes con escaso público.
Lejos quedan los “no hay entradas” en el tradicional concierto de Semana Santa cuando se programaba La Pasión de Bach.
Tras el tropiezo del año pasado con obras de Tomas Luis de Victoria (leer aquí), Edmon Colomer ha hecho un importante esfuerzo para ofrecer un programa atractivo y con arraigo local, si bien parece que sus propuestas de cuaresma siguen sin contar con la confianza de la mayoría de la sociedad malagueña, ya que el público solo ocupó un tercio del patio de butacas. Una lástima, no solo por el coste de oportunidad sino por lo valioso de la propuesta de este año y la sobresaliente interpretación, instrumental y vocal, de la que fuimos testigos. Un maravilloso concierto, de los que dejan huella.
El miserere -o ten piedad- del maestro malagueño decimonónico Eduardo Ocón Rivas proporcionó el acento local y el supuesto arraigo, si bien para la mayoría era la primera vez que lo escuchábamos. Se trata de la musicalización del homónimo salmo 51 del Antiguo Testamento, y es un canto penitencial en el reconocimiento de nuestra culpa, si bien el maestro Ocón logra desvestirlo de pena para dotarlo de una belleza alegre y serena, con énfasis en las voces -alternando polifonía y canto llano- y una orquestación sencilla, armónica y eficaz.
Sensacional la soprano Cecilia Gallego, que conoce bien la obra desde que fue la protagonista de la única grabación conocida, y que volvió a hacer gala de sus excelentes capacidades físicas y técnicas, y gran trabajo previo.
El maestro Colomer tuvo una acertada dirección al “estilo vocal”, es decir con las manos, sin batuta, ubicando de forma inusual a varias secciones, por ejemplo, adelantó a los contrabajos hasta la primera fila, tras los chelos, haciendo que su sonido estuviera mucho más presente en la sala. Este pequeño movimiento resultó muy de agradecer ya que compensó en parte las limitaciones acústicas del recinto, donde los graves tienden a perderse. Buen trabajo de todas las secciones, destacando los chelos y bajos, con unos inspirados pizzicatos de Szabolcs Korkos -Sabi-.
Tras el descanso vino lo mejor de la velada: la extraordinaria interpretación de la última misa -Harmoniemesse- compuesta por Franz Joseph Haydn en la que la Coral Carmina Nova supo dar lo mejor de si misma en una memorable interpretación, digna de todos los elogios; hacía tiempo que no escuchábamos una coral tan compacta, pulida y acertada.
Extraordinarias estuvieron sin excepción las voces solistas, equilibradas entre sí, con coro y orquesta. Excelente potencia y proyección que permitió situarlas tras los instrumentos sin merma de protagonismo. Se confirma nuevamente el excelente trabajo y buen encaje en la música sacra del timbre del tenor Luis Pacceti, quien nos tienen más acostumbrados a papeles líricos; la sorprendente amplitud de tesitura del barítono Damián Del Castillo, solucionando con soltura y brillantez los registros de bajo; y las extraordinarias las voces femeninas, con una bella y cálida voz de la mezzo Marta Infante que se compenetró perfectamente con Cecilia Gallego.
Gracias por tan bello programa y soberbias interpretaciones. Este es el camino, ya solo queda atraer al público y fidelizar a los abonados, que esta vez se vieron relegados al jueves, tal y como sucedió en la temporada lírica la semana pasada ..., desconcertante.
21 y 22 Marzo (jueves y viernes) 21.00 horas
Semana Santa. X Concierto de abono
Orquesta Filarmónica de Málaga
Director EDMON COLOMER
CORAL CÁRMINA NOVA
soprano CECILIA GALLEGO
mezzosoprano MARTA INFANTE
tenor LUIS PACETTI
bajo DAMIÁN DEL CASTILLO
Director coral DIEGO GONZÁLEZ ÁVILA
Miserere, E. Ocón
Misa en Si bemol mayor, Hob.XXII:14 (Harmoniemesse), J F.J. Haydn