Sala Gades, 21/01/2012
Texto y fotos: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza
Interesante iniciativa de los “mayores” de las Orquestas Promúsica, quienes nos acercaron la música clásica contemporánea a las familias malagueñas en un excelente concierto.La Fundación Musical de Málaga nos ofreció un concierto para las familias de la mano de su Orquesta de Cámara, dirigida por el maestro Javier Claudio Portales, tras su reciente paso navideño por nuestra Catedral en un multitudinario concierto, que también tuvimos ocasión de narrar en Mi Yo Espectador.
La orquesta de Cámara Promúsica está compuesta exclusivamente por cuerdas -a las que se añadió un piano para la ocasión- tocadas por jóvenes alumnos del grado superior de música, ofreciendo resultados cercanos a los profesionales a los que se añaden grandes dosis de ilusión, compañerismo y entrega.
Recordemos que esta joven orquesta forma parte del “milagro” malagueño: un proyecto de educación musical que apoya a nuestros jóvenes músicos utilizando un sistema de orquestas en cascada según las diferentes edades -desde los 5 a los 24 años- en las que todos aprenden de todos. Este importante proyecto está apoyado por la Fundación Musical de Málaga y es liderado por el propio maestro Claudio.
La ocasión era muy señalada para la orquesta ya que aprovechaba los dos conciertos previstos en el fin de semana para grabar en directo su actuación con el objetivo de publicar su primer CD. La implicación de sus miembros fue evidente, intentando dar lo mejor de sus instrumentos. Quizás por esa presión añadida el comienzo fue algo nervioso en una pieza difícil incluso para orquestas profesionales: el Adagio de Barber, superándose rápidamente con la posterior Sinfonía Simple de Britten, y llegando a disfrutar una excelente segunda parte de inspiración latina en la que también tuvimos la ocasión de escuchar a la joven soprano Marina Rojas en una preciosa Aria de la Bachiana Brasileira del compositor Villa-Lobos, uno de los momentos más brillantes y bellos del concierto.
Me gustó especialmente la ejecución de las coloridas y rítmicas primavera y otoño porteños del argentino Astor Piazzola, destacando la intervención de las violines solistas, Adriana e Irene. Para quien no se haya acercado todavía a esta obra de Piazzola me permito recomendarle esta grabación en la que se alternan las estaciones de Vivaldi con las del compositor argentino interpretadas por el siempre genial Gidon Kremer.