El director australiano convenció al público del viernes, formado principalmente por los abonados, al ofrecernos una enérgica lectura de la obra de Wagner en la celebración del centenario de su nacimiento.
Teatro cervantes, 13 y 14 de septiembre de 2.013
Texto y fotografía: Alfonso UH de Mendoza
Richard Wagner se dio cuenta cuando empezó a escribir la muerte de Sigfrido que una sola obra resultaría insuficiente, por lo que decidió ampliarla hasta más de 15 horas de representación y dividirla en cuatro partes: la célebre tetralogía de operas wagnerians formada por un prólogo -El oro del Rin- y tres jornadas -La Valkiria, Sigfrido y El Crepúsculo de los Dioses-.
Wagner concibió la obra como una “obra total”, fusión de música y verbo, por lo que muchos musicólogos califican de despropósito e insensatez aislar extractos de su música para interpretarlos en un concierto, algo inevitable y frecuente por otra parte.
En una temporada plagada de excelentes obras esenciales de la música, a Nicholas Milton le asignaron dirigir este magistral “despropósito” del percusionista, compositor y arreglista alemán Henk de Vlieger; una composición ciertamente interesante e intensa en la que de Vlieger seleccionó los extractos más representativos y los ligó en un poema sinfónico en el que los supuestos cuatro tiempos se unen en uno, resumiendo quince horas en setenta minutos.
Una aventura orquestal que respeta la esencia y leitmotifs de la música Wagneriana al presentar los extractos prácticamente inalterados, salvo la sustitución de algunas líneas vocales esenciales por instrumentos.
La Orquesta Filarmónica presentó una formación reforzada para asumir el reto de esta complicada partitura, cinco contrabajos, violonchelos a ocho, viento al completo ..., optando por dos arpas en vez de las seis previstas inicialmente e incorporando las tubas wagnerianas, instrumento específicamente inventado para representar el motivo de las Valhalla.
El resultado ofrecido por Milton y la Filarmónica fue muy bueno, con una interpretación notable de todas las secciones que logró introducirnos eficazmente en la estética wagneriana, con profusa exhibición de percusión y metales.
Espectaculares e invocadoras Valkirias y bien resuelto el solo de trompa de Cayetano Granados fuera del escenario -más inspirado el viernes que el sábado-, quien además lideró con solvencia su sección.
La orquesta se sintió cómoda con su director, el favorito para ser el próximo titular de la formación tras su sensacional éxito de la temporada pasada y el manifestado apoyo de los músicos.
Cerrados aplausos y varios bravos clausuraron la velada del viernes, en la que los abonados superaron el medio aforo en butacas y algo más en pisos. El sábado, como contraste, el Cervantes presentó una entrada escasa, rondando el tercio de su aforo.
PROGRAMA 1
Viernes 13 septiembre 20,30 h.
Sábado 14 de septiembre 20,00 h.
Director: Nicholas Milton
RICHARD WAGNER, Der Ring, una aventura orquestal
Arreglo de Henk de Vlieger
Comentarios
Eso sí, respecto a la gestión y organización, estoy al 100%: pedimos a gritos (aunque no se nos oiga) una gestión profesional con vistas internacionales y mayor publicidad (y mayor protagonismo en la programación así como en la elección de nuestro directo titular). De nada sirve tener una orquesta sinfónica de 1er orden si nadie viene a escucharla (y muchos ni la conocen).
Hay que evidenciar la poca asistencia de espectadores a estos espectáculos que cuestan 5 millones € al Ayuntamiento y otros 5 a la Junta. Alguien podría sentir la tentación de recortar dineros a élites culturales. Entonces todos seríamos mas pobres, independientemente del dinero que tengamos.
Son los responsables de la política cultural los que deben reconducir los estragos de una gestión a la que no acompaña la venta de entradas al Cervantes. Con estas versiones transmitimos poco. Me consta que el Concejal de cultura del Ayuntamiento -me cuentan- no aplaudió este espectáculo.
Otra cosa es la calidad de la orquesta que no se discute. Pero también me hubiera gustado una versión Chillout de la misma obra, pues me gusta la música.
Un poco de seriedad organizativa y artística, que este teatro lo tenemos que llenar de nuevo. Con estas soserias aportamos poco, muy poco al gran objetivo: qué Málaga tenga unos excelentes conciertos.