19/06/2025. Teatro cervantes. Programa OFM.
Texto: Jaume Azara | Fotos: web y © Ricardo Ríos
Concierto n.º 15 del abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga, y broche final a esta temporada, que se ha destacado por la puesta en valor de bastantes compositores que no suelen gozar de una programación muy generalizada. Para finalizarla, qué mejor que Richard Wagner y unas pequeñas muestras de su Gesamtkunstwerk (obra de arte total) en forma de preludios, oberturas y arias.
José María Moreno, junto con la OFM, desplegaron una asombrosa paleta de colores a lo largo de las piezas, todas ellas pertenecientes al Canon de Bayreuth, obras de madurez del autor y que se representan en el festival anual de esta ciudad, que el propio Wagner concibió.
En el Preludio al Acto I de Lohengrim, el director equilibró de forma sutil la contención dinámica, casi transparente, de los vientos de los primeros compases con el gradual incremento dinámico. La armonía estática de la primera pieza dio paso a una impresionante demostración técnica por parte de los vientos en la Obertura de El holandés errante, evocando el mar embravecido y la atmósfera trágica. Un narrador emocional que nos zarandeó y nos dejó exhaustos.
La interpretación del Aria de Senta y de la Inmolación de Brünnhilde corrió a cargo de Ángeles Blancas, soprano versátil especializada en el repertorio dramático del siglo XX aunque, como muestra de su amplio rango, también ha interpretado operetas de Kurt Weill, y que fue galardonada con el premio Ópera XXI a la mejor soprano de 2023.
En el Aria de Senta, de El holandés errante, el director se mostró en todo momento atento a la expresividad y la sensibilidad interpretativas de Ángeles Blancas, adaptando la orquesta a las necesidades de esta. Pese a ser píldoras de obras mucho más extensas, el dramatismo de su timbre poderoso, la claridad de sus agudos y su carácter expresivo nos sumergió en las tribulaciones de este personaje y nos atrapó en sus anhelos. Tal versatilidad se reconoció con una sonora ovación.
La Cabalgata de La Valquiria se desplegó con una de las melodías más reconocibles del panorama wagneriano y clásico en general. Las cuerdas expresaron con rotundidad la tensión constante de la pieza, aportando cromatismo a los protagonistas absolutos de esta pieza, los metales, que estuvieron portentosos tanto en el tema principal como en los contracantos.
Para acabar, la Marcha fúnebre y la Inmolación de Brünnhilde, de El ocaso de los dioses, y pasamos de la majestuosidad de La Valquiria a la solemnidad, la contención, unos colores más sombríos y estremecedores. De nuevo José María Moreno conduciendo con clara resolución un momento cumbre de esta epopeya. Y, de nuevo, Ángeles Blancas nos emocionó con una interpretación que nos metió de lleno en la belleza trágica de la escena, en la que Wagner nos da buena muestra de su culminación del arte total, en una fusión de drama, poesía, música y mitología que la Orquesta Filarmónica de Málaga, José María Moreno y Ángeles Blancas fundieron en un ejercicio de extraordinaria belleza y honda emoción. Segunda ovación para la soprano y el patio de butacas puesto en pie en agradecimiento.
Una forma muy bella de acabar la temporada de abono del Cervantes. Pese a que no alcancemos a experimentar la sinestesia con la que el pintor Vasili Kandisnky veía colores y patrones cromáticos en las obras de Wagner, y que más adelante plasmó en algunas de sus obras más icónicas, desde luego estas piezas del compositor de Leipzig resonaron en nuestras almas tras abandonar el teatro.
Richard Wagner
Lohengrin (Preludio acto I), WWV 75
El holandés errante (Obertura y Aria de Senta), WWV 63
La valquiria (Cabalgata), WWV 86B
El ocaso de los dioses (Marcha fúnebre e Inmolación de Brünnhilde), WWV 86D
Ángeles Blancas, soprano
José María Moreno, director
Orquesta Filarmónica de Málaga