07/11/2015. Teatro Cervantes.
Texto: Alberto Medina Lopez | Fotos: web
La OFM trae al Cervantes un, a modo de, Rimsky-Korsakov Versus Tchaikovsky
En el programa 5 se contraponen dos formas opuestas en las que se organizaban los gustos musicales en Rusia: el nacionalismo del Grupo de los Cinco, que propugnaba la puesta en valor del folckore ruso; y por otra parte el grupo liderado por Tchaikovsky que perseguía la utilización de las melodías occidentales en la música clásica que se componía en Rusia.
Basada en una rica orquestación, Shéhérazade fue desde su estreno una de las obras más populares de Rimsky-Korsakov. No es casual que con su puesto de inspector de bandas navales pudiera sacar el máximo partido a los instrumentos de metal y que algunas de sus obras estén cargadas de un exotismo que solo un marino podría conocer. Shéhérazade está basada en la estructura de poema sinfónico y más concretamente en los cuentos narrados por la protagonista Shéhérazade al sultán Shahriar en Las Mil y Una Noches. Como curiosidad decir que el deseo de Rimsky-Korsakov era que el público que asistiera a las representaciones de Shéhérazade no asociara de manera estricta cada uno de los movimientos con los pasajes de Las Mil y Una Noches por lo que sustituyó los nombres que puso a cada fragmento por sus indicaciones de tiempo, aunque finalmente esas indicaciones de tiempo conviven con los nombres a esos fragmentos como La historia del príncipe Kalendar o El mar y el barco de Simbad. A pesar de todos los instrumentos que intervienen dos son los motivos protagonistas de la obra: por una parte el sultán (fagots y oboe) y la princesa Shéhérazade acompañada con los violines. Y que mejor sorpresa que disfrutar de la concertino Andrea Sestakova y reivindicar de nuevo la gran valía de la Orquesta Filarmómica de Málaga.
Para la segunda parte otro clásico: la sexta sinfonía de Tchaikovsky. Aunque incomprendida en su estreno pocos sabían que se trataba de la despedida musical del genio al suicidarse pocos días después. Como en la sexta sinfonía de Mahler (titulada, “Trágica”), una obra dedicada al destino y a la muerte. Eduard Topchjan extrae toda el alma de Tchaikovsky para un público que aprecia el cuidadoso trabajo del director armenio. Cuatro movimientos, aunque en un comienzo concebida para los tres primeros, que desemboca en un particular réquiem. Hermosa la introducción lenta y desnuda que da paso a un elegante y elaborado vals. El maestro Topchjan, a través de unos brillantes oboes y una magistral sección de cuerdas y vientos consigue llegar a un falso final de la sinfonía para comenzar con el último movimiento Una interpretación trágica y sobrecogedora en la que Eduard Topchjan consigue un buen rendimiento de la Orquesta Filarmónica de Málaga.
Dirección, Eduard Topchjan
Shéhérazade, de N. Rimski-Korsakov
Sinfonía nº 6, P. Tchaikovsky
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