Actualidad-opinión
Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza
La Orquesta Filarmónica de Málaga vive su particular “Misa de Difuntos” a manos de su Director Titular, el catalán Edmon Colomer, y su gerente Juan Carlos Ramírez.
Afirmaciones de enchufismo y acoso se unen a una programación alejada del público malagueño que ha mermado la afluencia de espectadores.
“Voy a dimitir y voy a dejar paso a quién venga después de mi”, con estas palabras, Edmon Colomer concluyó la última reunión de la Comisión Artística de la Filarmónica, único foro consultivo y de participación existente formado por el Director Titular, Concertino, representantes de cuerdas y vientos, Gerente y presidente del Comité de Empresa. La reunión había sido tensa, ya que coincidió, en marzo de 2012, con la primera vez en 20 años que el Teatro Cervantes se quedó casi vacío en un concierto de Semana Santa. Lamentable record que se unió al de la bajada de abonados con 300 menos que la temporada anterior. Los representantes de la plantilla estaban preocupados y así se lo hicieron saber al Director, quién -sin dialogo- concluyó con esas palabras.
Cinco meses después, la dimisión no se ha formalizado y los acontecimientos desde entonces han adquirido matices dramáticos, primero fue un escrito en el tablón de anuncios del local de ensayos de Carranque en el que se acusaba al colectivo de profesores de haber usurpado competencias propias del Consejo de Administración. Posteriormente se produjo un intento de cese del solista de contrabajos, Szabolcs Korkos -miembro de la citada Comisión Artística-, y la marginación en la orquesta del Presidente del Comité de Empresa, Jaroslav Copak, pasándole de primeros a segundos violines. Ambos asistieron a la referida reunión del 29 de marzo y expresaron su malestar con la programación del Director.
También en esas fechas, el maestro Colomer hizo que contrataran a Catalina Sureda Colombran -una de sus discípulas en la JONDE (Joven Orquesta Nacional de España)- como segunda concertino, que es uno de los puestos clave y mejor remunerados. Según fuentes de La Opinión de Málaga, Catalina es hija de la concejal de cultura de Mallorca, donde Colomer dirigió a su orquesta. Esta contratación discrecional, sin pruebas ni audiciones, no solo daba trabajo a una influyente amiga balear sino que conseguía el objetivo de mermar la influencia de la primera concertino respecto a la plantilla. Una plantilla que, por otra parte, siempre ha manifestado su voluntad de colaboración con los objetivos comunes y ha hecho gala de su lealtad con la ciudad y con los directivos y representantes del Consorcio.
¿Consentimiento u omisión?. El Gerente de la OFM es el responsable de la orquesta y ha sido co-protagonista en el devenir de todos estos acontecimientos, ¿y el Consorcio, compuesto por representantes políticos de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga?, ¿está al tanto de esta situación?. Si fuera así, resultaría difícil entender cómo se podría consentir estas actuaciones en un organismo público, pilar cultural de nuestra sociedad que se debe a los ciudadanos.
¿Es la programación la clave? La mayor preocupación de la plantilla y el origen de todo este malestar es la alarmante disminución de espectadores y abonados desde que el maestro Colomer se hizo cargo de la dirección de la Filarmónica, siendo el encargado de elaborar la programación de las obras que interpreta año a año la formación. Colomer es un programador poco convencional, que le gusta recuperar compositores menos conocidos; es ecléctico y tiende hacia lo contemporáneo -con menos arraigo popular- en vez de a lo clásico o romántico -con mayor tirón entre los melómanos malagueños-. Seguro que hay partidarios de una u otra opción, y ambas son igualmente valiosas pero lo que quedó claro la pasada temporada es la escasa afluencia de público cuando los programas son más desconocidos, como ocurrió en el concierto de abono XI de Semana Santa en el que se dejó de programar la tradicional Pasión -que llenaba año tras año el Cervantes-, para conseguir un “casi vacío” con una programación de música antigua de Luis de Victoria. Curiosamente en el siguiente concierto el teatro se llenó para la quinta de Chaikovski.
Los músicos de la Filarmónica opinan que la programación es la clave, así lo manifestaron a través de sus representantes en la reunión de marzo, indicando, además, que las orquestas de Sevilla, Córdoba o Granada está aumentando el número de abonados, demoliendo así el posible argumento de la crisis, algo pasa en Málaga que no ocurre en las poblaciones vecinas.
Esta es la preocupante situación actual de la Filarmónica, que ha reducido sus abonados de 1200 a 700 en estos últimos años, y que abre esta nueva temporada con un concierto extraordinario de bienvenida para los abonados el próximo sábado en una novedosa y buena iniciativa.
Ante este malestar interno y negro panorama, permítanme dar mi opinión sobre alguno de los principales aspectos de la Filarmónica:
Taquilla-Programación:
Este año se ha evidenciado la clara relación efecto-causa entre ambas.
Como melómano y conocedor me gusta una programación atípica que me permita disfrutar de nuevas obras y compositores que solo había escuchado en grabaciones, es decir me gustan las programaciones del maestro Colomer, si bien, como economista y gestor, entiendo y apoyo que una filarmónica debe tender a un equilibrio económico para subsistir y crecer. La programación debe estar adaptada al público objetivo, al que se debe y en definitiva es quien la sustenta. Tengamos en cuenta que un fin de semana de llenos supone, por ejemplo, el sueldo anual de más de un profesor-músico.
Solo con un Cervantes frecuentemente lleno se puede plantear, por ejemplo, el ansiado auditorio.
Los abonos bajaron en 300 menos el año pasado y este pinta incluso peor, algo ocurre en Málaga que no ocurre en Sevilla o Granada, donde han crecido y la filarmónica tiene su público fiel concierto tras concierto.
Debe programarse con obras que tengan tirón y de manera complementaria a estas, en el mismo concierto, introducir otras menos populares. Por ejemplo, en la programación de este año (más popular que la de los dos anteriores) echo de menos alguna obra grande, como el Requiem de Verdi con nuestro Coro de Ópera que abrirá la temporada de la Maestranza de Sevilla, o una novena de Beethoven, o segunda de Mahler, ya me entienden. También me hubiera gustado una integral de Brahms, Beethoven, Bruckner, ... que hubiera atraído al público. Mahler parece que ya no importa tras el centenario.
En la nueva temporada de abono auguro casi vacíos en los conciertos Nº 4, 8, 9 y escasez de publico en 1, 2, 6 y 10, por diversos motivos pero la programación es el principal, en la que se debería haber contado más con músicos y público para no continuar sufriendo esos costes de oportunidad con un Cervantes casi vacío. Se tropieza tres veces en la misma piedra sin programar la tradicional Pasión en Semana Santa, y mientras, los abonos siguen bajando, el auditorio cada vez más lejos y la filarmónica sin dinero (la Junta ha reducido la subvención y tardado en pagar).
Aumentan año a año pese a la crisis, no resultan atractivos, carecen de diferenciación, no son flexibles. Por ejemplo, un niño desde 4 años paga lo mismo que un adulto; los descuentos para estudiantes (solo con carnet) no se pueden comprar en el día sino con antelación y son para determinados días; se paga lo mismo por la última fila que por la seis de butacas; si te pierdes un solo concierto ya no resulta rentable el abono; y más.
Como dato curioso se paga bastante menos en el Auditorio Nacional de Madrid con la Orquesta y Coro Nacionales de España al completo que en el Cervantes, y no hablemos del centro y norte de Europa.
Hasta ahora se ha sido principalmente reactivo.
Debe mejorarse la difusión de la filarmónica para acercarla principalmente a las generaciones más jóvenes en una visión de relevo generacional a largo plazo, más allá de los discutibles conciertos gratuitos en distritos de este año.
Simultáneamente se debe trabajar en el corto medio plazo mejorando la política de comunicación, el marketing mix (disculpen el anglicismo que resume las 4Ps) y profundizando en el marketing relacional (fidelización del cliente-melómano).
Se debe contar con los músicos e intentar motivarles e implicarles, deben participar en la programación y tener la oportunidad de sentirse a gusto. Eso no ocurre en la actualidad y el desánimo y falta de implicación es cada vez más evidente, sobre todo entre alguno de los más veteranos. Y a partir de ahí, tomar medidas como poner en primeras filas las cuerdas jóvenes con más ganas e ilusión, que las hay, u otras más contundentes con los “pasotas” o técnicamente mejorables.
Los maestros de la filarmónica parece que no ven en Colomer el carisma necesario y se sienten más a gusto con otros directores invitados, como Lacombe. La gerencia tampoco parece contribuir a crear equipo o no se percibe.
Ante la situación actual, creo que debemos seguir apoyando a los profesores y transmitirles que estamos con ellos para que continúe la ilusión en la interpretación de aquellos que sí están verdaderamente implicados con la Música, que son muchos y muy buenos.
Decididamente los músicos y la Orquesta Filarmónica de Málaga tienen un gran potencial, que debemos aprovechar entre todos, estamos a tiempo. Viva la Música.
Este artículo se complementa con: Habla la Filarmónica
"En relación al artículo de opinión firmado por Javier Cuenca y publicado el pasado 8 de septiembre en las páginas de la sección de «Opinión y participación» bajo el título «Perder el público de lo público o empezar la casa por el tejado», una de las personas mencionadas en el texto, Catalina Sureda Colombram, señala que son falsas algunas de las afirmaciones vertidas por el autor del artículo. En concreto, que ella sea «hija de una concejala del Partido Popular en Mallorca» y que haya sido contratada en la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) «sin prueba de ningún tipo, o sea: a dedo»."
Comentarios
Por otro lado, creo que no es mi misión hacer periodismo de investigación, pero le puedo asegurar que el concejal de cultura de Palma de Mallorca es Fernando Gilet. Los señores periodistas de la Opinión no se han preocupado ni en contrastar la información que les llega de un cualquiera. Poco tiene que ver ese señor con la persona que estuvo aquí contratada.
Y sobre lo demás, solo le puedo decir que no soy yo el que tiene acceso directo a los documentos de la orquesta, pero estoy seguro que en la oficina le podrán dar más datos.
Un saludo
Contesto algunas cuestiones, por orden inverso:
El augurio de casi vacío del concierto 1 (y en parte el 2) no es por la programación sino principalmente por las fechas, en la que el público extranjero de los sábados no suele acudir y todavía hay público malagueño de vacaciones. Además se une a lo ya comentado de potítica de precios, difusión, etc. Es lo que ocurrió el año pasado con la tercera de Mahler. Siempre agradeceré que se programe a Brahms, de hecho, en el artículo recomiendo una integral de sus sinfonías. De todas formas no tiene el mismo tirón el concierto 2 que el 1 (mucho mayor al contar con la primera sinfonía). Veremos si me equivoco en eso o en los conciertos Nº 4, 8, 9.
Sobre la contratación discrecional, lo es si no se han hecho pruebas y audiciones, además ese procedimiento no se contempla en el vigente convenio. Lo que si tengo claro que, de confirmarse, no es ética, menos si también se confirma ser hija de quién es y se trata de favorecer a un antiguo patrón, en cuyo caso se deberían exigir aclaraciones y responsabilidades. En derecho esto tiene un nombre. Recordemos que en la misma fecha de la contratación surgió una bolsa de trabajo de violines en la que sí se hicieron las debidas pruebas y audiciones.
No defiendo al presidente del comité, como he apuntado anteriormente, es solo un episodio más en los últimos despropósitos. Es más, leída la resolución de su expediente sancionador, me parecen injustificables los hechos que se señalan. Suerte tiene de que no le hayan despedido.
Es una lástima lo que está ocurriendo en la orquesta, desde fuera uno espera que haya un ambiente espiritualmente elevado en algo tan bello como hacer música, pero lamentablemente las inmundicias humanas están incluso aquí. Afortunadamente, observo ilusión y grandeza de alma en numerosos músicos, a los que solo puedo agradecer su esfuerzo y emoción en la interpretación.
Siempre me encontrareis a favor de la Música y de la Filarmónica