05/10/2019. Teatro Cervantes.
Texto: Elisabet González | Fotos: Juan Mir
Pablo Milanés se desveló como el cantautor de culto que es, dejando una noche de música, amor y espiritualidad.
Pablo Milanés siempre será el artista cubano y querido en España por excelencia y vino a mostrar parte de su vida, ante un Teatro Cervantes lleno. La noche empezó con un piano y un chelo, sonando en perfecta armonía celestial. Porque ese es el ambiente que se respiraba en el teatro: el público estaba en un templo adorando a su Dios. Y es que en el queridísimo Pablo Milanés, la espiritualidad y la buena música se unieron para deleitar a los presentes. El artista cubano salió a escena lento, pero seguro, se le notan los años que lleva componiendo, creando y cantando. Presentó su espectáculo: Esencia. Una serie de canciones realizadas durante todas las décadas que el artista lleva creando, algunas viejas y algunas nuevas. Presentó a sus dos amigas y acompañantes también cubanas, Ivonne Téllez al piano y Caridad R. Varona al violonchelo, dando así paso a la gran noche de música y amor que ofreció.
El concierto empezó precioso con Matinal, haciendo que el público se embriagara totalmente de ese ambiente de hermandad y que perduró durante una hora y media. Con el tema Si ella me faltara alguna vez, se produjo el primer agradecimiento largo de la noche. Fue una noche bonita en la que el artista cantó temas propios y ajenos, como la versión musicalizada que hizo del poema Canción de Nicolás Guillén, para ofrecer el tierno tema De que callada manera.
Los conciertos de Pablo rebosan melancolía y romanticismo, las letras, el tempo y su sola presencia llenaron al auditorio de un aire de misticismo precioso. Pablo defiende el disfrute del viaje de la vida y la refleja en temas como El largo camino de Santiago. En él se hermanó con aquellos que no cesan en esa gran búsqueda. El autor cubano nos contó que en su amada patria se le canta al otoño, el cual no existe en la isla caribeña. Se le canta a la tristeza, a la saudade, que dicen los brasileños. La soledad fue otro de los temas en los que Pablo hizo vibrar su voz de una forma tan mágica y tan sencilla a la vez, que el público se rindió a sus pies.
Entre tanto amor, Pablo tuvo tiempo para la ironía, y con la mordaz Los males del silencio nos hizo reír, a la vez que pensar. Enamorado de su tierra, nos ofreció Nostalgias, lo que él llama una breve estampa de su país, o de cualquier país, porque insinuó que cada vez existen menos diferencias entre todos.
Entre tanta intensidad sentimental, como buen cubano, Pablo nos mostró varios temas con lo más representativo de su tierra: el son cubano. Y dieron ganas de ponerse a bailar un poquito. Casi al final de la noche, no pudo dejar de interpretar al público malagueño la que él recuerda, escrita cuando tenía 21 años, como una de sus canciones favoritas, Ya ves.
El artista se alimentó durante toda la noche de aplausos y sendos vasos de café y agua, con los que llegó al final del concierto y como no, darnos los temas que el público esperaba. Y es que los clásicos siempre son los clásicos y Amor dio paso a Para Vivir y Yolanda, ya cantada a la par con un público rebosante de alegría. El breve espacio en que no estás fue el último tema de la noche, dejando al público con un amor infinito por este gran músico, autor y compositor cubano, con el que tuvimos, como no, una noche entre amigos.
Pablo Milanés
Esencia
Pablo Milanés, voz y guitarra
Ivonne Téllez, piano
Caridad R. Varona, violonchelo