18/07/2021. Teatro Cervantes. Terral 2021.
Texto y Fotos: Lui G. Marín.
"una reflexión sobre la música y la vida"En mitad del concierto de Salvador Sobral, y viendo las características de la música que nos ofrecían, me preguntaba qué llevó a Sobral a participar en el festival de Eurovisión, su estilo no encaja en absoluto con los clichés a los que nos tiene acostumbrado este concurso.
Pero no solo fue al concurso, lo ganó, con una canción preciosa interpretada junto a su hermana Luisa. Esto lo vinculó a este festival durante un tiempo, hasta el punto de hacer un cameo en la histriónica película eurovisiva La historia de Fire Saga.
Pero aquello, que sin duda lo catapultó a la fama y le influyó en su trayectoria, ya es historia, Salvador Sobral sigue a lo suyo. De hecho en este segundo concierto en el Cervantes en los últimos años, no interpretó su afamada canción que lo llevó a triunfar en Europa.
Quien no haya conocido antes al artista se puede llevar una sorpresa cuando lo ve en directo. Aquella imagen, con esa canción melancólica, intimista y hasta frágil, que aparentaba en su participación en Eurovisión, desaparece en el minuto uno del concierto.
Nos encontramos a un artista de 31 años, vitalista, enérgico, con gran sentido del humor y facilidad de comunicación con el público. Su capacidad de adaptación al entorno en el que canta, su destreza en el lenguaje y el uso de palabra locales hace que se meta al público en el bolsillo en cada momento, creando con él una complicidad que hace de perfecto hilo conductor en un concierto y repertorio lleno de sorpresas.
Caetano Veloso flota en el ambiente y en cada sonido que sale de la voz de Sobral. Esa voz que utiliza como un instrumento más, con preciosos quiebros, agudos, falsetes y vibratos, que llenan de matices cada estrofa y cada nota.
Cada tema que interpreta junto con su banda está llena de sorpresas, sabemos como empieza pero no intuímos como puede desarrollarse y acabar, pues en una misma pieza, nos encontramos con cambios de ritmo radicales y cambios de estilo, pasando de la bossa nova al jazz, rap o rock psicodélico en segundos.
Todo ello con una banda de extraordinarios músicos que encajan a la perfección en un concierto desenfrenado:
Max Agnas: Un prodigioso pianista sueco afincado en Fuengirola que ya a la edad de doce años obtuvo el premio solista Fasching, siendo el más joven en recibir el premio, con cinco álbumes publicados.
André Santos: Compositor y guitarrista portugués con amplia trayectoria en solitario y con diferentes bandas.
André Rosinha: Prestigioso contrabajista portugués, que acaba de publicar su primer disco Pórtico.
Bruno Pedroso: Que se marcó un extraordinario solo de batería en ausencia de sus compañeros y que luego se fueron incorporando a su ritmo.
En esta segunda visita al Cervantes, presenta su último trabajo bpm del que el propio Salvador dice: “es una reflexión sobre la música y la vida. Llegué a la conclusión de que el elemento más fuerte que los une es bpm (beats per minute, latidos por minuto). Es lo que nos da vida, el latido del corazón, y es lo que le da pulso a la música, lo que la hace vivir.”
Salvador Sobral voz
Max Agnas piano
André Santos guitarra
André Rosinha contrabajo
Bruno Pedroso batería