Teatro Cervantes. 19/12/2011
Texto: Daniel Lozano | Fotos: web del grupo y Teatro Cervantes
El concierto de hoy junto al del anterior viernes ofrecido por la OFM ha servido para anticipar la Navidad en el Teatro Cervantes.
El Alabama Gospel Choir es un exclusivo grupo vocal dirigido por Ira L. Everett Jr. que trae bajo el brazo un elenco de espirituales negros y blues con el fin de ofrecernos testimonio musical de la fe que les mueve. “No se puede apreciar plenamente la gloria del Aleluya del góspel -asegura Ira L. Everett Jr.- sin el dolor del blues y de los espirituales. Sin el blues y las canciones de trabajo no hay góspel; por lo tanto alguien tenía que contar la historia completa de lo que el Alabama Gospel Choir intenta hacer”. Y no sólo lo intentaron, sino que lo lograron. El concierto fue extraordinario y pudimos disfrutar de un altísimo nivel en las voces de los más de treinta componentes del coro. La formación la completaba un pianista, un saxofonista y, de forma puntual, un segundo teclado que hacía de base rítmica en ocasiones y algún que otro instrumento de percusión para dar color.
El concierto tuvo dos secciones bien delimitadas por el intermedio. Ambas tuvieron como comienzo una voz solista, siendo la primera parte una voz femenina y basada en el blues y la segunda una voz masculina más cercana al género lírico. Luego se fueron sumando poco a poco las voces con la idea de ir creciendo en densidad, armonía e intensidad. Pensé durante todo el concierto que los componentes del Alabama Gospel Choir hacían de cualquier espacio su iglesia, de ahí a la interacción constante que tuvieron con el público, al que hizo cómplice de principio a fin tanto fuera como dentro del escenario. Hubo muchos momentos en que parte de los espectadores fueron invitados a subir al mismo para bailar.
En lo técnico demostraron gran habilidad en la afinación, un refinado uso del glissando y gran capacidad para empastar las voces. También hubo buena dicción, deliciosos vibratos y un fraseo exquisito en cada uno de los temas. Respecto a la dirección del coro destaco la claridad, evitando titubeos típicos del director que está más pendiente de sí mismo que de hacer música (éste no fue el caso). El control de la dinámica me pareció estupendo, no tengo ni un reproche, pero en cuanto al sonido hubo cosas que no me gustaron. Había saturación en los micrófonos de algunos solistas y tardaron en remediarlo. Luego, el sonido del saxofón estuvo procesado de más, acercándose más al sonido de un disco que de un directo, incluso a veces me pareció que estaba secuenciado, y buena parte de culpa la tiene un exceso de efectos y de volumen. Le salvaron sus paseos por el público, que disiparon duda alguna respecto al tema.
El repertorio abarcó desde música barroca hasta música del siglo XX, en el que destacan especialmente los espirituales negros y la música de los esclavos africanos; la agrupación se ha convertido en uno de los mejores representantes de su estilo en el sur profundo del país norteamericano. También hubo tiempo para algún guiño con la interpretación del tema September de la banda Earth wind and fire y I want you back de los Jackson 5, sin olvidar villancicos como Noche de paz.
Cantar gospel requiere mucha disciplina y un control de muchos aspectos musicales. No me extraña que sea una cantera de grandes músicos. La noche del lunes se demostró que a veces la música no camina sola, esta vez fue acompañada de alegría, fe y de la luz que albergaba cada una de las gargantas de este inolvidable coro góspel. Deus benedicat te et opera tua bona.