Oct 22 2012

Teatro Echegaray. 19/10/2012.

Alasdair Fraser y Natalie Haas en directo en el EchegarayTodo un lujo para los amantes de los instrumentos de cuerda

Texto: Miguel Ángel Barba | Fotos: Daniel Pérez/TE

Conocí la música y la calidad interpretativa de Alasdair Fraser a mediados de los noventa, con el grupo Skyedance.  Tuve acceso, como mucha otra gente de este país, gracias a programas legendarios como Discópolis o Diálogos 3.

En esta década, el a menudo escueto aunque seductor calificativo de Música Celta ha sido trasgredido ampliamente en los diferentes proyectos en los que el escocés se ha implicado. Así mismo, a cada trabajo nuevo, Alasdair ha respondido siempre con nuevas concesiones a trascender estilos y fronteras. Aunque siempre muy anclado a la tradición, la historia y la cultura de su país. Algo que no pasó desapercibido la noche del viernes al recordar el referéndum de independencia próximo.

vista general del teatro echegaray durante el concierto del escocés y la californianaEsto no ha impedido profusos trabajos de carácter folclórico, dado que desde siempre ha bebido en las fuentes de la tradición escocesa: Pero como el público pudo comprobar, sus versiones y composiciones van más allá de interpretaciones simplistas. Su sensibilidad le permite expandirse en ricas variaciones en las que muestra su vívido estilo, de gran fuerza expresiva y alejado de lo rutinario. Algo que podría pensarse al hablar de música folclórica, celta, etc.

Como magnífico violinista que es, deleitó a quienes llenaban el Teatro Echegaray con sus ornamentadas apoyaturas, tresillos y todo tipo de técnicas de pulsación y múltiples variaciones melódicas, que contrastan con formas más simples, utilizadas habitualmente en la música tradicional, étnica, de raíz o folclórica.

Pero en el fondo la figura de Fraser, uno de los intérpretes míticos de la música de raíz, está íntimamente ligada a su tierra. No puede darle la espalda a esa nación de fiordos, islas y acantilados, tabernas, whisky y cerveza ale, de turberas y lagos, castillos y míticos monstruos. Y lógicamente todo esto impregna su música de evocaciones, nostalgia a veces y homenajes a la fiesta y al baile. Como recordó en los bises: "en España sois más abiertos a bailar y acompañar la  música que en otros lugares".

un primer plano del violinista y la chelista en plena interpretaciónToda esta sensibilidad fue mostrada sobre el escenario del Echegaray en la misma proporción que el buen humor escocés, y toda esta amalgama estuvo al servicio de una enorme expansión en ricas variaciones cromáticas, melódicas y armónicas.  Una muestra más de su carácter, personalidad, clase y elegancia así como de la enorme complicidad que atesora con Natalie Haas.

En sus composiciones y sus revisiones de temas tradicionales, la música se hermana bajo influencias de un mismo origen pero con distinto destino. Así nos lo demostró ejecutando un mismo tema en su original estilo escocés, cómo sonó posteriormente en Irlanda y como acabó interpretándose en EEUU. O con su particular versión de A Bruxa, tema que conocimos interpretado por grupos históricos, como Milladoiro o The Chieftains y que en manos de un violín y un chelo no perdió ni un ápice de su fuerza y brillo.

Alasdair Fraser destaca de otros importantes violinistas de la tradición musical británica, como John Cunningham de 'Nightnoise',  Séan Keane y Martin Fay habituales colaboradores de'The Chieftains' o Mairéad Ni Mhaonaigh, violinista del grupo 'Altan', muchos de ellos irlandeses o galeses y más aliados con los sonidos de Donegal, Kerry o Clare. Y esto es por su larga lista de composiciones propias y el desarrollo de un estilo muy personal que va desde lo tradicional a la fusión con estilos acústicos contemporáneos orientados y englobados en algunos períodos como el pseudo new age; realmente no se si acertada o desacertadamente. Lo dejo al albur del respetable dado que me cuesta definirme en este punto.

Primer plano de Natalie Haas en plena interpretación al cheloDicen que la única diferencia entre el fiddle y el violín radica básicamente en la actitud y técnica del ejecutante, así como en la afinación en muchas ocasiones. Y si de actitud y técnica se trata podríamos tener un problema al intentar etiquetar qué toca Fraser. Desde luego su forma de apoyar y manejar es de fiddle no de violín.

Pero no, no me he olvidado de Natalie Haas y de su panoplia de recursos desplegados en el escenario. Su capacidad para sustituir a diferentes músicos e instrumentos que colaboran en el disco es realmente asombrosa. Spiccatos, staccatos, staccassísimos, pizzicatos o legatos que alterna constantemente en una conjunción de técnicas brillantísimas y una versatilidad asombrosas dotan de una gran cobertura y armadura armónica y rítmica el trabajo de Alasdair. Quizá a mí, como persona que toca la guitarra, me resultó fascinante la forma en que suplía la ausencia de la típica guitarra folk o celta, consiguiendo esa cadencia rítmica y regular propia de dicho instrumento en este tipo de músicas.

Son muchos años tocando juntos y la californiana Natalie sabe perfectamente lo que necesita Fraser para completarlo y reforzarlo, auparlo o mecerlo y a fé mia que lo consigue y hasta lo transporta directamente a cada frase o acompañamiento desde el mismo corazón de las Highlander's hasta el otro lado del atlántico.

Lo dicho: todo un lujo para los amantes de los instrumentos de cuerda.

imagen frontal desde arriba de la pareja de músicos en plena interpretación


Alasdair Fraser Y Natalie Haas

Highlander's farewell

Violín Alasdair Fraser
Violonchelo Natalie Haas



 

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