12/06/2015. La Cochera Cabaret.
Texto y fotos: Rosa Parra
Aurora Guirado, malagueña y Yamila Terry, cubana, nos ofrecieron un concierto lleno de calor, vida y fusión de dos culturas emblemáticas: la cubana y la andaluza, con los ritmos templados de sus países en la garganta y con el corazón calentado por ellos, lograron hacer vibrar al público que asistió entusiasmado a su concierto De Cienfuegos a Jarazmín
La Cochera Cabaret sigue en su línea de servir de plataforma para descubrir a los artistas malagueños al gran público. Desde ese pequeño y emblemático lugar se presentan para darse a conocer o se consolidan en su arte todos aquellos artistas que nacen o pasan por Málaga. Se ha convertido en todo un referente a la hora de buscar nuevos talentos y en un clásico a la hora de traer a otros artistas alternativos o no que tienen algo interesante que mostrar.
Aurora Guirado, hermana del cantautor malagueño de mismo apellido, Manolo, se llevó de calle a un público ya de antemano entregado, pues al ser nativa de la ciudad cuenta con muchos conocidos en ella que saben de su arte y la siguen allá a donde va. Méritos le sobran para ello. Con una voz que en cualquier momento y con cualquier ritmo recuerda el deje de nuestra tierra andaluza y los sonidos flamencos y copleros, los cuales le nacen como una segunda piel aunque cante un son cubano o un tango.
Yamila Terry, es esa voz que identificas rápidamente con Sudamérica en los giros y las candencias y que en cuanto centras el oído un poco la localizas perfectamente en Cuba. El son es su elemento y en el se mueve con maestría y entonación.
La banda Habana Vieja brilló con luz propia sin necesidad de focos, en el acompañamiento de las dos intérpretes y en los solos que nos regalaron. La trompeta se te clavaba en el alma, y el violonchelo parecía contarte secretos al oído. Nacho, guitarrista de Compay Segundo, dirige a la banda con sabiduría experimentada hasta que alcanza su clímax cuando entra el acordeonista Tomás Navas y todos juntos interpretan acompañando a las dos cantantes la inmortal Ne me quitte pas del no menos inmortal Jacques Brel.
El público aplaudió todas las intervenciones pero en esta última se enloqueció, por la sensibilidad y la emoción que lograron transmitir. La gente se dejó llevar y desde el primer acorde acompañó con palmas, bailes y coros a las cantantes que se entregaron en un concierto