Nov 27 2016

Depedro presenta El pasajero en La Cochera Cabaret

Depedro, El pasajero, La Cochera Cabaret, 25/11/2016. La Cochera Cabaret.

Texto: Carlos Guerrero | Fotos: Eva López

El pasajero, lo que Depedro guardaba en su mochila de viaje

Depedro, El pasajero, La Cochera Cabaret, Superada la crisis surge nuestra mejor versión. La resiliencia es la fuerza que nos empuja a seguir, buscando caminos no transitados que nos lleven a nuestro destino. Jairo Zavala, no encontraba la manera de cerrar su cuarto disco cuando recibió la invitación de viajar con un proyecto documental por África. La fuerza de un viaje iniciático ayuda a romper bloqueos. Habían pasado tres años desde La increíble historia de un hombre bueno cuando se decidió a grabar. Tras dos semanas de encierro en un estudio de Tucson y registrado en analógico, más orgánico y real, surgió El pasajero. De nuevo Depedro, pero un nuevo Jairo. Canciones sencillas a flor de piel. Letras que hablan del amor, de la pérdida y de la nostalgia, y de la alegría, de la vida misma, en definitiva. Músicas fronterizas que recorren la Panamericana, desde Alaska a Tierra del Fuego, entre ritmos tribales del continente madre y ecos de Aluche.

En una noche de perros, pronto buscamos cobijo en La Cochera Cabaret. Nada de cigarritos en la puerta, a las diez ya estábamos todos dentro de la sala. No éramos muchos, tampoco pocos, unos dos tercios del aforo. Muchas parejas y algún que otro niño por allí, lo que Jairo agradeció desde el escenario porque hay que incentivar sus inquietudes desde pequeñitos.

Como el viento abre el concierto y el público pronto mece su cuerpo. ¿Hay algo ahí?, lanza la pregunta entre descreído y melancólico. El primer single de El pasajero aguanta bien las transformaciones obligadas en la versión del directo. El repertorio está bien pensado, va mezclando acertadamente temas nuevos con los ya conocidos, sin que decaiga el ritmo del concierto, que, a esas alturas, suena claro, nítido y contundente. La banda que acompaña a Jairo cumple con nota. Bajo y contrabajo de peso en manos de Héctor Rojo, Enrique Fuentes da el acorde y la nota justa a la guitarra eléctrica mientras el polifacético David Carrasco colorea con el vibráfono y los teclados, subiendo la temperatura con los solos al saxo barítono. Detrás queda la batería de Javi Skunk, uno de esos músicos que cuenta mucho sin levantar la voz, diciendo lo justo. Todo buen gusto y precisión.

Depedro, El pasajero, La Cochera Cabaret, Zavala es hombre de familia y de amigos, no se olvida de que es un Hombre bueno, pero si hace falta rompe tu puerta en Nubes de papel. Vuelve a las canciones de estreno con Déjalo ir, un canto que nos anima a soltar lastre antes de que nos arrastre la corriente, y que suena tan bien como los temas más rodados por la banda. DF es el homenaje a una ciudad tan brutalmente bella como inmensurable y rotunda. Diciembre nos toca el corazón, una de esas historias de amor que no acaban bien, de esas que te clavan el otoño al calendario. Te sigo soñando y Tu mediodía (de lo mejor que ha escrito y compuesto Jairo) tienen la fuerza de las canciones arrepentidas. Escribir al desamor es un arma de emoción masiva. En medio, la nostalgia de La casa de sal, por lo que pasó y queda grabado en un recuerdo amable pero da miedo recuperar. Y así, acercándonos al final sonaron también los aires de cumbia de Panamericana, la danza de los desposeídos de Antes de que anochezca, Ser valiente y la esperada Llorona. Se reservó La brisa transformada en vendaval para un bis que Jairo empezó solo, sin más acompañamiento que su guitarra. Sólo también cantó a Miguelito, antes de que se sumara la banda para poner el colofón con el grito Comanche.

Jairo disfruta sobre el escenario con sus músicos, les da sitio para lucirse y sumar. No duda en coger las baquetas del vibráfono y animar el cotarro. Con su sonrisa indeleble, divirtiéndose él, hace disfrutar al público. Canta, toca y compone, y además lo hace muy bien, regalándonos de nuevo su mejor versión.