01/07/2017. Festival El Terral. Teatro Cervantes
Texto: Carmen Titos | Fotos: Jose M. Cortés
Después de seis años de parón discográfico, la polifacética artista portuguesa presenta Peregrinação, un rico álbum de múltiples influencias en portugués y español.De espaldas, al piano, están Dulce Pontes, su voz y un acompañamiento de flauta. Aplausos. Continúa sin detenerse con la honda sensibilidad de La Bohème, de Aznavour y su profundo "amor, felicidad". Será solo después de acercarnos un fado, cuando se gire: “Me colaron (pegaron) al piano”, bromea.
La artista ecléctica revela con su postura ante la vida, su visión de comunión y optimismo. “Only beauty can change sadness in to a smile” es un tributo a su amiga Kaat Tilley fallecida precozmente. Habla de la belleza no como concepto estético superficial, sino como poder universal, Dulce opina que todo no puede acabar aquí en la tierra, que más allá tiene que haber un lugar donde todos bailemos.
Los instrumentos se van integrando poco a poco y la artista, que comenzó de espaldas va adquiriendo el brillo de la presencia total sobre el escenario. Llega Nevoeiro, sobre un poema de Fernando Pessoa. También sorprenden fondos africanos, apoteosis de puro folklore y un haz de luz individualiza otra estrella de la noche, el joven malagueño Daniel Casares, uno de los mejores músicos de guitarra española de la actualidad.
La presencia de Dulce Pontes y Daniel Casares no tiene limitaciones ni corsés. La imbricación entre guitarra y voz, voz y demás instrumentos es total, fluida, inmensa. Meu amor sem Aranjuez demuestra el poder hechizador del son.
Una versión bizarra, rara, oscura, insólita de La leyenda del tiempo de Federico García Lorca es otro de los grandes regalos. La voz de la portuguesa presenta una versatilidad y originalidad que se adapta a un espectro abrupto e imposible, una desmesura vertiginosa que domina.
A seguir los cantos argentinos con la original versión de Alfonsina y el mar de Ramírez y Luna con viola. Después los aires provenzales de la tradición galaico portuguesa de Martín Coldax desplazan la escena a un relajante bosque.
Los bises inagotables representan la entrega de la artista que nos pregunta a nosotros si estamos cansados o queremos seguir. Canção do mar es un terreno conocido pero inconmensurable. Canta también Cinema paraíso con su "deixa a música crescer". Y, finalmente, tras oleadas de aplausos, aparece irrumpiendo descalza con el vestido arremangado como una pescadora de mejillones e ilusiones y el baile se extiende al patio de butacas en un catárquico broche a una completa velada.
Dulce Pontes - Peregrinação
Dulce Pontes - voz, piano
Daniel Casares - guitarra
Juan Carlos Cambas - piano
Paulo Lima da Silva - percusión
Amadeu Magalhães - gaita, flautas y viola
Davide Zaccaria - violonchelo
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https://www.aforolibre.com/musica/del-mundo/dulces-pontes-en-el-teatro-cervantes-2370#sigProGalleriad2980a3b54