25/07/2016. Festival Terral. Auditorio Balsa de decantación de Teatinos.
Texto: Rosa Parra | Fotografías: Teatro Cervantes
Ibrahim Diakité, el cantante y tañedor de arpa africana, presentó este martes en concierto Namu. Desde Mali hasta Andalucía, en el polémico auditorio de la Balsa de Decantación del distrito universitario de Teatinos, en lo que ha sido el último concierto del Festival del Terral de 2016
En realidad el auditorio no está dentro del campus de Teatino, está al final del Parque del Cine, situado en la zona lindante a la avenida Carlos de Haya, frente a la Residencia Militar Castañón de Mena. Explico esto porque así se puede entender mejor el rechazo de los vecinos de la barriada donde está el parque, a que este auditorio se inaugurara, ya que sus viviendas están muy próximas y el sonido de los conciertos molesta su descanso.
Ibrahim comienza el concierto con una banda de cuatro músicos: un batería, dos guitarras y un clarinete/saxo en un espectáculo gratuito, al raso de una opaca noche de verano sin estrellas.
Lo más característico de la puesta en escena, que es tan minimalista que no hay nada más que los músicos en el escenario, es el Kamalengoni, o n’goni, un instrumento hibrído entre la guitarra y el arpa, fabricado con una calabaza, piel de cabra e hilo de pescar, hecho por el mismo cantante con la ayuda de su hermano. Es un instrumento típico de la República de Mali.
Hacen música étnica africana fusionada con acordes europeos. Las reminiscencias africanas predominan en una banda que mezcla pop y fanky. El sonido peculiar del kamalengoni caracteriza el sonido que producen, junto con la voz del vocalista Ibrhaim, por ser oriundo del continente y cantar en su lengua materna. En realidad mezcla la sonoridad acústica de la música tradicional maliense con la energía del rock y la ductilidad del jazz.
Poca puesta en escena, como he dicho, y entre canciones hacen improvisaciones casi jazzísticas con el instrumento descrito y el grupo. La simplicidad en indumentaria de la banda produce poco carisma como conjunto musical. Los músicos no parecen saber venderse en la acepción positiva del término. La distancia espacial de los miembros del grupo en el escenario, incluso su disposición lineal, no transmite una imagen de banda cohesionada, aunque suenan muy bien y son muy características sus notas; algo fundamental para llegar al auditorio.
Les falta el 50℅ de marketing que es la parte de llenar el escenario solo con su presencia y el saber venderse con una imagen concreta. A esa imagen anodina, a la falta de cohesión y de carisma, contribuye la poca movilidad de los músicos en sus puestos, el vocalista, como interlocutor, cae simpático; pero la falta de dominio del idioma le impedían conectar más. Tampoco suplen con expresión corporal. Parecen músicos en sus islas. 5 espacios muy estáticos con poca conexión personal, aunque si musical. En mi opinión necesitan presentar una imagen grupal más potente, en cambio producen una muy buena instrumentación.
Ibrahim Diakité Band
Ibrahim Diakité, vocalista y arpa africana
Valentin Morillo, saxo
Alfredo Estarnox, batería
Juan Mazzana, guitarra
Valentín Murillo, flauta