Auditorio Municipal de Mijas.04/08/2012.
Texto, fotos y vídeo: Miguel Ángel Barba
El Cirguero y sus Flamencos, tuvieron el lujo en el Audiorio de Mijas de estar precedidos por Javier Paxariño, que demostró una vez mas su grandeza, no solo como músico, sino como persona y como individuo comprometido y un, como siempre, gran Nono García.
El sábado 4 de agosto nos dimos cita en el auditorio municipal de Mijas para asistir a un evento que iba mucho mas allá de la mera asistencia a un concierto. Organizado por la Fundación García Agüera (que no solo trabaja en el ámbito del arte y la cultura, también en lo social y lo medioambiental), Producciones Enlaparra, BOS Audiovisuales y el propio Ayuntamiento de Mijas, la noche prometía muy diversas sensaciones.
De entrada, la presencia de dos enormes músicos como son Javier Paxariño y Nono García, presentando su nuevo proyecto conjunto: Taifas, hacía presagiar algo para no perderse. La presentación del nuevo disco de EL Cirguero y sus Flamencos, acompañados de otros músicos que apoyarían dicha puesta de largo, algunos moviéndose ya en niveles importantes, como es el caso de Elías Porras, trombonista recién llegado de Madrid, donde ha trabajado con grupos como M-Clan, o Ale Ragga, voz de los grupos Maktub y Futu Matano. El valor añadido de contar en la velada con una buena sesión de músicas del mundo perfectamente pinchadas y mezclada, y a lo largo de la noche poder degustar exquisitos platos de comida elaborada con productos ecológicos de temporada, criados en el terreno, y una buena selección de cervezas ecológicas, aunque también hubo una barra con productos convencionales. La noche auguraba ser inolvidable y merecía la pena desplazarse a este precioso pueblo a caballo entre la costa del sol y las sierras del interior.
Iniciar con Javier Paxariño y Nono García es todo un peligro. La calidad y nivel de estos dos grandes músicos expone a quien salga a posteriori a duras y desequilibradas comparativas, con el añadido de que puedes arriesgarte a que cuando estos concluyan su interpretación una parte importante del publico se vaya.
Nada de esto ocurrió. El publico sabía a que había acudido y a quienes iba a escuchar y a ver, y ni se produjeron comparaciones, ni hubo desalojo tras la primera actuación, a pesar del retraso de media hora de rigor. Taifas respondió a las expectativas, y si bien solo acudió con sus dos líderes y faltaron bajista, cantante y percusionista. la sensación de magia al oír a esta seductora y fascinante combinación de excelentes músicos, en ese ambiente, con ese entorno, al aire libre... obró su hechizo y el publico disfrutó de una atmósfera cautivadora. No faltaron temas de ambos músicos que pertenecen ya al imaginario común. Tampoco faltó la colaboración de Paxariño con el Cirguero en un momento entrañable posterior del concierto.
Y tras preparar el cuerpo con la mejor música, El Cirguero y sus Flamencos hicieron acto de presencia en el escenario con su frescura, dinamismo y fuerza, trocados en una buena panoja de coplas en las que se dan la mano toda clase de estilos y formas de expresión en esta suerte de mestizaje que propugnan y enarbolan. José Miguel Guzmán "El Cirguero", a la guitarra española, sus inseparables, Alberto "Pely" a la batería y Manolo García al bajo (muy buenos los dos), Eugenio Chicano a la guitarras flamenca y clásica y Javier Porras a los saxos alto y tenor y flauta travesera, conformaron el andamiaje sobre el que descansó a partir de aquí el concierto. A estos se sumó durante una buena parte del repertorio Elías Porras con el trombón y colaboraron en temas puntuales Ale Ragga a la voz, Victor Rojas al baile y Barrank T con la trompeta.
El Cirguero es un personaje peculiar, que ostenta una voz y una forma de interpretar las canciones muy personales, que escribe unas letras comprometidas, críticas, que tienen cosas que decir y comunican una forma de ver, sentir y vivir la vida. Y eso el público lo agradece. Al igual que se muestra agradecido con las letras mas desenvueltas, desenfadadas y divertidas, que siguen siendo criticas: analizando el sistema, observando a las personas, confrontando y evidenciando los desequilibrios de la sociedad y nuestra incapacidad para ver lo que está pasando y revelarnos ante ello. No ahora, con la crisis económica. Con las crisis de tiempo, ambiental, de valores y cultural que nos lleva inutilizando como seres humanos pensantes desde hace mucho tiempo.
Él es un "Cansautor" de los de antes, y de los de ahora, que se plantea todas sus dudas, que piensa que "quien no tiene dudas es porque piensa poco" y que, como reza el dicho popular que le gusta citar: "Cuando un tonto coge una verea, o se acaba el tonto o se acaba la verea". Ni siquiera su "Consueladora" puede evitarlo.
Su último trabajo, "El Cansautor y su Consueladora", es un fiel reflejo de estos anhelos y se refleja en el titulo y comentarios de sus canciones: Somos lo que comemos, "sin comentarios, fertilizantes, ni colorantes". Puntos de vista, "seguimos andando demasiado deprisa, creo más en la unión que en la fuerza". Solo quiero soñar, "¿Es un sueño lo que vivo o al soñar descubro lo que anhelo vivir?". Y así hasta nueve canciones que son nueve tratados de intenciones.
Cada canción de José Miguel Guzmán es un ensayo de Ecosofía, es su modo de estar en el mundo, su forma de percibirlo y su manera de posicionarse ante las incongruencias que haya en el camino. Por ello hablar de El Cirguero y sus Flamencos no puede ser solo hablar de música, no puede circunscribirse unicamente a la critica musical. Este tipo de proyectos trascienden a la mera y simplista revisión de uno solo de sus planos. Por lo tanto no estamos ante un grupo en el que solo nos dejemos llevar por lo que interpretan. Hay que llegar mas allá y ver lo que transmiten desde una perspectiva mas holística.
Así que me quedo con la taumaturgia de la noche de verano al aire libre, rodeado de buena gente, con comida sana y música entrañable, cargada de matices y que llena. Algo tan difícil de encontrar hoy día.