Jueves 23/05/2014. Teatro Cervantes
Texto y fotos: José M. Cortés
Comentaba hace algún tiempo el señor Auserón, que hay raíces rítmicas que van ligadas al sitio donde uno se ha criado, barrios en los que se mama una forma de entender la música y la vida. El caso, es que si creces en un sitio de éstos, tienes medio camino andado; en caso contrario pues te tienes que buscar la vida y adoptar unas raíces que terminan haciéndose propias. Ha sido el caso de Juan Perro, cuando se trata del son cubano y la música caribeña, desde la disolución de Radio Futura hasta ahora.
En esta ocasión el músico se dejó caer en Málaga para presentar su Casa en el aire, espectáculo de presentación de su disco Río negro. Con este título que puede sugerir tantas cosas, el compositor nos enseña su cara más oscura, negra de hecho, surgiendo sus raíces, germinadas a fuerza de paso y repaso de la aguja por el microsurco, de aquellos viejos lp de que venían de una tierra lejana pero que ha llegado a ser para muchos más cercana que lo que tenemos a 10 minutos en coche.
Se trata de una forma de trasmitir sentimientos, el blues, el soul, el espiritual negro. Esa zona multicultural de la desembocadura de un río de leyendas, regado de sangre y sudor de esclavos. Pocas raíces son tan profundas y conocidas como las de la música afroamericana.
Pues bien, Juan Perro, tras más de 20 años de trayecto en solitario hace memoria de esta trascendental influencia en su música, y lo hace con un espectáculo de especial sencillez en el que se saca partido de lo mejor de los teatros, la calidez e intimidad y la acústica del auditorio. Su voz solo acompañada por dos guitarras, la suya y una solista.
El formato teatral recuerda al que he visto anteriormente en conciertos de músicos tan dispares como los de Martirio o Javier Krahe, aunque más cargado de anécdotas que la primera y menos que el segundo, cada canción se acompaña de una introducción previa que en algunos casos se extendía más allá que la propia canción que presentaba. Dicho esto, quisiera expresar mi deseo de plantear desde aquí una colaboración en forma de disco entre Santiago Auserón y Martirio y Chucho Valdés… ¡podría ser memorable!.
Como clave del concierto hay que resaltar la variedad estilos en el repertorio y la voz potente y cargada de emociones de Juan Perro que hicieron que lo que podía haber sido anodino, fuese entretenido y a ratos divertido. Las canciones elegidas hicieron un repaso más o menos completo a la trayectoria en solitario contando con estilos caribeños como la habanera, argentinos como el tango o sureños como el Blues.
El momento más intenso de la noche fue la interpretación de No más lágrimas en absoluto acústico y en la que se hizo un silencio sepulcral como acompañamiento de la voz y de la guitarra sin amplificar.
El Teatro Cervantes a ¾ de entrada se entregó a Juan Perro en su visita a Málaga donde demostró estar en plena forma.
Lo mejor: La íntima interpretación de No más lágrimas a pelo.
Lo peor: En algunos casos lo extenso de algunas anécdotas que separaban cada una de las canciones.
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Voz y guitarra: Santiago Auserón alias Juan Perro
Guitarra: Joan Vinyals
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