No dejéis de pulsar el dedo para escuchar esta voz lentamente voladora, esta oración sublime que nos deja tan adentro África.
Texto: Antonio Viñas | Fotos: KareyceFotso.org
No dejéis de mirar atentamente el bellísimo vídeo que arropa su canción Poa’lag, y esas variadas coreografías de lo humilde, manifestación de la sencillez y de una coloreada pobreza. Una vez más se demuestra que la pureza nada tiene que ver con el exceso de mediadores tecnológicos y falsos raciocinios. De la mejor cosecha que han escuchado mis oídos y ojos desde hace algún tiempo. Camerún reza por nosotros desde Kareyce Fotso.
Habremos de estar atentos para cuando se nos pasee por las Españas. El pasado nueve de marzo ya nos visitó en el Teatro de la Villa de Egea de los Caballeros, Zaragoza. Según cuentan las crónicas locales, no hay mejor pancarta que la manifestación de sus virtudes en el canto y en la danza para hablarnos del holocausto permanente que es aquel continente del que, paradójicamente, proviene el peregrinaje de nuestra especie.
Kareyce Fotso nació en Bamileke y fue mayor entre Beti. Después de estudios exitosos (bio-química y BTS audiovisuales), ganó el derecho de perseguir su pasión, el canto. Se inicia en los cabarets de Yaoundé y se convirtió en miembro del coro. Se señaló en el grupo Korongo Erik Aliana Jam por su presencia en el escenario y su voz excepcional. Fue galardonada con el prestigioso Prix Découvertes RFI en 2009 y publicó su primer álbum Kwegne en 2010. Desde entonces, no ha dejado de girar con su espectáculo en solitario, acompañándose con la guitarra, percusión y danza. Actualmente muestra su nuevo disco Mokte.
Y se hizo la luz de la música negra en Kareyce Fotso… Camerún en alma.
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