27/02/2018. La Cochera Cabaret.
Texto: Rosa Parra | Fotos: María Falgueras
La personalísima cantante Maui ofreció un exitoso concierto de su álbum Viaje Interior en La Cochera Cabaret
Maui transgresora y ecléctica, además de músico de carrera con técnica suficiente como para olvidarla y construir algo original y genuino, a la vez innovador y clásico, con el agarre de nuestras raíces y la libertad que da el vuelo de la imaginación y la creatividad, incluso yo diría que del inconsciente colectivo. Sus letras son de una simplicidad que esconde una complejidad que andamia el pensamiento feminista, el cual escudriña en lo cotidiano y encuentra la insolidaridad social que sustenta y permite la desigualdad de trato, educación y comportamiento que se espera de las mujeres. El agravio comparativo con sus iguales del otro sexo, roza la caricatura y eso hace Maui, rescatar el humor de entre esa discriminación, lo que evidencia de forma suave y amena la misma situación que expuesta de otra manera pondría los pelos de punta.
Su vestuario barroco, su corona dorada y recargada de boda gitana, sus zapatos estridentes y sus volantes y lunares muy repartidos y repetidos, nos sitúan ya literal y visualmente en lo que vamos a presenciar de forma abstracta y metafórica, puesta en escena y letra de sus canciones tienen una relación subterránea que Maui acentúa con sus arranques flamencos a medio camino entre lo racial y lo esperpéntico, con poses y estampas que provocan la risa del auditorio.
Su música es un alimento para el alma, un viaje a los más profundo del ser humano mujer, un espectáculo entrañable que contó además con el extra de los artistas invitados: Pedro Peinado, que toca a modo de guitarra eléctrica con una lata de aceite de Cazorla, el cantante León Torres y con la colaboración especial de La Mari de Chambao y La Chica, quienes se implicaron y la acompañaron de forma casual pero cómplice y cariñosa, para regalarle y regalarnos sus diferentes estilos artísticos, fundiéndolo con el suyo en un mestizaje que trascendió al público, y que vibró con lo que se proyectaba desde el escenario
Me recordaba enormemente a Martirio, quien con su estilismo de raras peinetas y gafas de sol, hacía un flamenco "sui generis", a medio camino entre la copla y el soul. Luego Maui comentó en escena que Martirio era su madrina artística. Inevitable que haya paralelismos, pero también hay grandes diferencias, imagino que en cuanto a formación académica y sobre todo en cuanto a la situación de la mujer y los escollos que tiene que sortear hoy día, que son diferentes a los de hace 20 años.
Maui es sobrina del gran Bambino, uno de mis artistas favoritos, que fue igualmente un transgresor en su época. También a él, se le echaba en cara que no era un flamenco puro. Maui tampoco… y a mucha honra.
No entiendo esa guerra entre puristas y promotores del mestizaje. Cada artista es único/a, y se expresa con los medios que mejor le ayudan a manifestar su personalidad. Es esa singularidad los que les lleva al éxito. La cantante utrerana, se despidió en un bis con una canción de su tío: “Procuro olvidarte” que él supo hacer inmortal en su estilo y que Maui adapta al suyo con la profesionalidad, la maestria y la elegancia estilista que la caracterizan. Ella misma toca el violonchelo al que acompaña con su afinada y melodiosa voz. La banda que la acompaña en su concierto hace un labor de arrope y de simbiosis, que propicia el espectáculo y la magia de la escena:
Guitarra flamenca: Daniel Melón
Percusión y coros: Nancy Rábani
Contrabajo: John Macena