Teatro Echegaray. 23/03/2013
Texto: Françoise Chabassier | Fotos: Federico Álvarez Alés
Aquel sábado 23 de marzo en el Echegaray, el trío Tangoria, nos paseó por las calles de Buenos Aires con su “Oda a Piazzolla”. El grupo compuesto por Nicolás Leguizamón, Juan Ramón Veredas, Juan Baca, acompañado por la cantante Gabriela Loria, interpretaron la música del compositor de tango moderno Ástor Piazzolla.
Este gran bandoneonista y compositor argentino, fue uno de los músicos de tango más importantes del siglo XX. Cuando comenzó a hacer innovaciones en el tango, los tangueros de la «Guardia Vieja», que eran unos clásicos, lo criticaron mucho. Lo consideraban «el asesino del tango». Incluyendo a Borges que lo detestaba, decretaron que sus composiciones no eran tango, Piazzolla respondió con una nueva definición: «Es música contemporánea de Buenos Aires». Sí, es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen en el farolito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero estos señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás. Yo voy a seguir adelante, a pesar de ellos”.
Piazzolla conoció a Carlos Gardel en Manhattan en 1934. Al "Zorzal" (Gardel), le cayó muy bien el joven prodigio y le invitó a acompañarle en su gira por América, pero no pudo ser porque era aún muy joven. A pesar de la desilusión, fue una suerte. En esta gira, Gardel y toda su banda perdieron la vida en un accidente aéreo. Desde muy joven entró en contacto tanto con el jazz, así como con la música barroca de Bach. El mismo afirmaba "Tuve tres grandes maestros: Nadia Boulanger y Alberto Ginastera, el tercero lo encontré en la fría pieza de una pensión, en el cabaret del 40', en los cafés con palcos y orquestas, en la gente de ayer y hoy, en el sonido de las calles. Se llama Buenos Aires; ellos me enseñaron el tango"
Tuvieron que pasar muchos años para que su música fuera realmente aceptada y sus esfuerzos premiados, y eso, ocurrió en 1983, cuando el músico tocó en el Teatro Colón de Buenos Aires. En 2008, el aeropuerto internacional de Mar del Plata, la ciudad natal de Piazzolla, recibió su nombre.
Hoy en día, este reconocido compositor, ha dejado un legado de piezas y versiones inmortales. Piazzolla no es sólo el músico de tango más célebre en el mundo, es también un compositor interpretado por notables concertistas internacionales, conjuntos de cámara y orquestas sinfónicas. En los años posteriores lo reivindicarán intelectuales y músicos de rock.
Nicolás Leguizamón, guitarra eléctrica; Juan Ramón Veredas, piano; Juan Baca, contrabajo; acompañados por la voz preciosa de Gabriela Loria, llenaron todo el espacio sonoro con la complejidad armónica y la fuerza rítmica, propias de Piazzolla. Interpretaron con maestría, exquisitas piezas musicales tan emocionante como Adiós Nonino la obra más célebre, que Astor Piazzolla escribió en 1959, cuando murió su padre, Vicente Nonino Piazzolla, (hoy en día existen más de 170 versiones de Adiós Nonino de distintos músicos), Verano Porteño que forma parte de Las Estaciones, La Resurrección del ángel de la "Serie del Ángel", Libertango, palabra compuesta por los términos libertad y tango, que seguramente, representan la bandera de la libertad creativa que quería Piazzola cuando creó el “Tango nuevo”, Buenos Aires Hora Cero, Prepárense, uno de los primeros tangos con los que Astor comienza en los años 50, su revolución musical, de mucha originalidad y de inigualada inspiración, esta obra puede considerarse como su carta de presentación ante el público europeo, Soledad incluida en La Suite Troileana, obra en cuatro movimientos, que compuso en 1975, en memoria de Aníbal Troilo, Escualo sacado del álbum Wallet Box…
Nicolás Leguizamón (guitarra eléctrica) nació en Argentina. En 2008, estudió con el profesor Joaquín Clerch en el Conservatorio Robert Schumann (Düsseldorf, Alemania), con quien continúa realizando cursos de perfeccionamiento. En el año 2010, se graduó como "Profesor Licenciado en Guitarra Clásica" bajo la tutoría de Javier Chamizo, en el Conservatorio Superior de Música de Málaga. Actualmente ejerce como Profesor y Concertista, además de interpretar tango en el trío Tangoria y en Proyecto Tamgú.
Juan Ramón Veredas (piano) natural de Antequera, Málaga. Profesor de piano, de música de cámara, de solfeo y acompañamiento, y es "Profesor de armonía y composición". En la actualidad, ocupa plaza como catedrático en funciones en el Conservatorio Superior de Málaga, donde imparte las asignaturas de Improvisación y Música Moderna. Prolífica trayectoria artística: Grupo de experimentación artístico-musical, Yasebha, Infinito, y el trío Tangoria, dedicado especialmente al tango moderno y a la obra del maestro Astor Piazzolla.
Juan Baca (contrabajo) nació en Barcelona pero reside en Málaga. Tiene el título Superior de Música Especialidad Contrabajo. Está relacionado con la Música en todas sus manifestaciones. Su trayectoria se destaca como Contrabajista Clásico en diferentes formaciones Sinfónicas y de Cámara, combinándolo con producciones y grabaciones tanto en Flamenco, Jazz, como en el Tango (acompaña a Amelita Baltar por Europa y en 2010 graba con Tangoria su disco homónimo). Colaborador habitual de Danza Rea, componiendo la Banda Sonora para la performance “El Espacio Único” (2006), “Tusuy” (2011), y realizando en 2011, los arreglos y la dirección musical del espectáculo “Broken Tango”.
La música de Ástor Piazzolla, no se parece a ninguna otra música. Es impactante y fascinante. Es un lenguaje con elementos dispares y rebeldes (el jazz, la música clásica, la exploración tímbrica) que produce una obra única. Y este lenguaje, Tangoria, consigue hacerlo propio rindiendo un homenaje al gran maestro de tango. A tal punto que durante un poco más de una hora, yo no estaba en mi querida ciudad de Málaga, me escapé. Yo no era yo. Me convirtió en esta bailarina porteña de tango. Callejeé por Buenos Aires, seguí los pasos de Piazzolla, entré “en la fría pieza de una pensión, en el cabaret del 40, en los cafés con palcos y orquestas”, vi a “la gente de ayer y hoy”, oí “el sonido de las calles” Claro está, en sueño, pero ¡Vaya sueño!