09/09/2017. Clausura V Bienal de Flamenco de Málaga. Teatro Cervantes
Texto: Rosa Parra Moreno | Fotos: Laura Fernández Pereiro
La clausura de la V Bienal de Flamenco que se ha llevado a cabo en Málaga, en el Teatro Cervantes, contó con la Orquesta Sinfónica de Málaga para acompañar a cantaores que resaltaban la figura del gran Antonio Mairena.
Antonio Mairena dijo en vida que le hubiera gustado cantar flamenco con una orquesta sinfónica y, hoy, 34 años después de su muerte, su deseo se hace realidad y sus cantes renacen junto a la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, los cantaores Jesús Méndez y José Valencia, y el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya ‘Farruquito’, artista invitado. Ello ha sido posible gracias al productor musical Jesús Bola y al sobrino de Mairena, Antonio Cruz. Ellos han sido los artífices y la productora que ha alquilado el Cervantes para hacer realidad este sueño.
Se inicia con una retrospectiva sonora de la obra del mítico cantaor Antonio Mairena, mientras en el forillo se proyectaban imágenes de su vida y de su carrera en el mundo del espectáculo. Sin transición y de una manera templada y respetuosa entra en escena Jesús Méndez, que sentado en una silla de anea interpreta una soleá del maestro homenajeado. Interpreta varias más y sin presentación ni fiesta ninguna aparece por el otro lado de la escena José Valencia, que también interpreta coplas del mismo artista pero esta vez de pie. Todo el montaje respira sobriedad, mesura, freno, discreción. El espíritu de Mairena, con su clasismo, elegancia y maestría impregnaba hasta a la sinfónica, que sonaba majestuoso y acompasado, como si el flamenco siempre se hubiera cantado con ese pedazo de orquesta detrás. Ni los violines, ni el arpa, ni los demás instrumentos inusuales en el flamenco puro se percibían como no genuinos.
Las palmas de Juan Campillo y de Juan Diego "el polito", junto con sus jaleos, son los únicos extras que se permiten en un espectáculo serio y formal, ofrecido al público de forma plana y con el convencionalismo de cuarta pared. La maestría de la ejecución y la calidad del sonido, de la luz, de la música, de las voces y de los instrumentos no tienen duda ninguna, ni parangón, pero yo como espectadora eche de menos ese arte vivo que enciende al espectador/a que necesita tocar palmas o gritar un ole desde el fondo de su alma, incluso jalear con diferentes motivos a los artistas.
Esa savia gitana y electrizante que también es el flamenco, me faltó la noche del sábado en el Cervantes. Incluso se oían sssshhhhsss que acallaban a los jaleos espontáneos que salían de un palco cuando bailaba Farruquito. Farruquito que es un artista eléctrico, como su abuelo el Farruco, de quien toma ese estilo racial, de estampa elegante, al que dota de una infinidad de recursos flamenquísimos apoyados en la excelencia de la técnica que caracteriza el baile actual. Su coreografía se mimetizaba con el eco que envolvía la escena y componía estampas sobrias y elaboradas, aunque en algunos momentos, pespunteara con su impronta racial y desafiante. Ese fue el único movimiento escénico que atravesó como un rayo el espectáculo y que rompió esa noche la escena. Incluso la Panda de Verdiales que intervino en un momento del espectáculo, fue aplaudida con entusiasmo, pero con mesura.
Es verdad que a Mairena se le conoce como el catedrático del cante por su profesionalidad, su mesura, su contención y perfil artístico. Su figura es un pilar básico e indiscutible en el arte milenario del flamenco, y el espectáculo estaba enfocado a reproducir su esencia.
Por eso quiero terminar esta crónica con una frase de él, del gran Antonio Mairena, que han acunado luego todos los flamencólogos: “El cante gitano andaluz es tan clásico como Beethoven o Wagner”.
Obertura: Negra estaba la noche. Seguiriyas de Triana con la voz Antonio Mairena
Cuando me vieran venir. Soleares de Cádiz y Jerez. Jesús Méndez
Al molino. Malagueñas del Mellizo. José Valencia
Cuantos primores. Cantiñas y Romeras. Jesús Méndez.
Tengo el temor. Caña. José Valencia y Farruquito
Sereno se dormía. Fandangos Verdiales. Jesús Méndez y Panda de Verdiales
Después de pasar fatigas. Farruca. José Valencia
Unas botas de botones. Tangos Canasteros. Jesús Méndez
Que canten los ruiseñores. Bulerías de Jerez Lebrija y Utrera. José Valencia
Fraguando cantes. Seguiriyas Orquestales. Instrumental.
Tiene pena de la “via”. Debla, Martinete y Tonás con la voz de Antonio Mairena y al baile de Farruquito
Son del Conde Sol. Romance. José Valencia, Jesús Méndez y Farruquito
Orquesta Sinfónica Provincial con la dirección de Salvador Vázquez
Al cante: Antonio Mairena (voz grabada), José Valencia, Jesús Méndez
Al toque: Paco Cruzado, Juan Campallo,
Al baile: Farruquito (artista invitado)
Percusión: Ané Carrasco
Palmas: Juan Diego, El Polito
Productor musical: Jesús Bola