05/12/2017. Teatro Cervantes.
Texto: Elisabet González | Fotos: Daniel Pérez / TC
Pasión Vega o Ana María Alías Vega, tal como ella se presentó, vuelve a su hogar. Y vuelve por todo lo alto. La serenidad con la que vino a presentar su último trabajo 40 Quilates dejó al Teatro Cervantes, como siempre, enamorado de su hija predilecta. Pasión está celebrando sus 25 años en los escenarios y la noche fue un festín para todos los que estuvimos allí y para ella, la primera. Ha vuelto más intensa que nunca y los años que lleva encima de las tablas han hecho de ella una artista irrepetible. Salió a escena ella sola y, sin acompañamiento musical, empezó a cantar su tema 40 Quilates. Como dice la canción, 40 segundos le faltaron, '40 segundos pa hacer que tu mundo dependa de mi...'
La noche fue muy emotiva, porque además de los temas de su nuevo trabajo, Pasión nos regaló temas que han significado mucho a lo largo de su vida artística, como la Flor de Estambul de Javier Ruibal, que interpretó de forma delicada y enigmática. Nos presentó Te creí, canción escrita por Armando Manzanero y de la cual la artista se siente muy orgullosa. Se sentó flamenca a rememorar al genio Camarón en el tema que le escribió el maestro Sabina, Como te extraño. Y entre tema antiguo y tema nuevo, Pasión hablaba, sonreía, disfrutaba y hacía vibrar al público. Se movía elegante y delicada, siempre artista. Tras recordar a uno de sus ídolos Carlos Cano con María la Portuguesa, nos regaló un momento íntimo con una preciosa Lejos de Lisboa, con la que acabó con lágrimas en los ojos, y la mitad del público, me temo que también.
Pasión vino a regodearse en la música, en los sentimientos y en su público y entonando Gracias a la vida, cogió su vestido blanco del perchero del escenario y desapareció entre bambalinas.
La segunda parte del concierto no fue menos emotiva, la dedicó a presentar los nuevos temas de uno de sus autores fetiche, Martinez Ares y enlazó el cántico Se te olvidó con las canciones dedicadas a Paris, tumbada y exuberante sobre el piano. Sacó del baúl de los recuerdos un tema que oía en familia desde pequeña, La Bohemia y aun tuvo tiempo de recordar a su amiga y escritora Paloma Ramírez, con El rumbo de tus pasos. Con el tema que se define y que nunca ha faltado en sus conciertos, Malagueña Salerosa dejó al público en éxtasis total y en pie sin poder parar de aplaudir. Mediterráneo de Serrat fue el colofón a un concierto completo, de esos que te dejan con una emoción en la piel, difícil de repetir. El público pidió más y ella se despidió con un bis de varios de sus temas más conocidos y por supuesto María, la cual no podía faltar. La Tarara, en una versión muy movida y bailonga, sirvió para levantar al teatro, para hacerlo aplaudir con todas sus fuerzas, y para recordarnos que Pasión Vega tiene energía para darnos otros 25 años de música...como mínimo.
Jacob Sureda (piano y arreglos)
Josete Ordóñez (guitarra)
Joaquín Sánchez (clarinete y otros vientos)
Mario Carrión (batería)
Martín Meléndez (violonchelo)
Manu Masaedo (percusión)
José Vera (contrabajo)