11/04/2024. Flamenco lo serás tú. Teatro Cervantes
Texto: Elisabet González | Fotos: Álvaro Cabrera / TC
El Teatro Cervantes se llenó este jueves de abril para disfrutar de la propuesta musical y escénica realizada por la consolidada cantaora Rocío Márquez y el músico y creador Santiago Gonzalo AKA Bronquio. Los artistas vinieron a presentar su trabajo El TercerCielo. El público presente en el teatro se dividía entre los puristas y amantes del flamenco tradicional y los que sabían que la noche deparaba sorpresas importantes. Rocío es una amante del flamenco más costumbrista y tradicional y buena conocedora de éste. En su trayectoria profesional e infinita curiosidad, ha decidido investigar para darle un giro más de tuerca al tema. Aquí se abre el debate.
En otras épocas de la historia del flamenco y me atrevería a decir de todos los estilos musicales, han aparecido personajes que han innovado de una forma totalmente incomprendida. Denostados en un primer momento y valorados a posteriori. Ese es el riesgo de salir de la zona de confort, de experimentar, de probar y crear. Siempre habrá seguidores y detractores y aún más en algo tan expuesto como es el arte. Por nuestra parte, el espectáculo que vivimos con Rocío y Bronquio nos pareció simplemente excelente, a la par que atrevido e inquietante. Un placer para los sentidos.
La puesta en escena es sobria. Una tela eterna cubre el espacio desde el cielo al suelo. Una mesa desde donde Bronquio dirige la acción con su ordenador y sus sintetizadores. Y un espacio libre, abierto, sin adornos, donde Rocío se explaya con su cuerpo y con su voz. Inician la noche con la milonga Paraíso, cuantos cuerpos por venir. Se escucha la voz de Rocío y no sabemos muy bien de donde viene hasta que la vemos arrastrándose por el escenario, reptando y cantando a la vez, con una voz que le sale de lo más profundo del alma. La música electrónica entra en escena y se produce la magia. No sabemos muy bien que nos depara la noche, todo está algo confuso, pero lo que vemos y sentimos nos remueve de la silla. A continuación, las bulerías Exprimelimones nos invitan a reaccionar y enlazan con los alegres verdiales de Niña de Sangre. Con un quejío muy profundo, Rocío alza los brazos al cielo mientras Bronquio no para de moverse y crear sonidos que distorsionan la escena a la vez que la engrandecen. Los efectos musicales que acompañan a la voz de Rocío a veces nos desconciertan.
Si cerramos los ojos, podemos imaginarnos que hay más artistas en el escenario: aplausos, palmas y ritmos sacados a golpe de ordenador. La música nos invita a bailar, a levantarnos y por momentos el Cervantes se nos queda pequeño. Con los tangos de Agua, Rocío se mueve por el escenario, acompañada de ese juego de luces en continuo movimiento. Este es el primer momento en que la música para y el teatro arranca en aplausos.
La noche se nos pasa volando y los dos artistas siguen jugando en el escenario. Parte del éxito de la mezcla es la complicidad entre ambos que permea toda la obra, que penetra en los sentidos, que se siento por todos lados: la música entra a través del oído, el baile y la puesta en escena por los ojos, el aroma del humo por la nariz...Los cambios de luces nos hipnotizan y nos abren otros mundos. Rocío se esconde en el escenario, entra y sale de él cuando menos lo esperamos. Por momentos, nos enseña el desgaste emocional del flamenco, de unas letras profundas, que desgarran. Las letras de este disco han sido creadas por la propia Rocío, pero también por la escritora y poeta Carmen Camacho y por si fuera poco, han adaptado letras clásicas de Unamuno, de Lorca, de Luis García Montero, entre otros. En la soleá Prefiero la muerte, inspirada en Caracol, Rocío además de hacer una interpretación auténtica, nos regaló un trocito del tema a capela. Los artistas se lo pasan en grande, interactúan, se entienden, están haciendo algo que les gusta, lo están disfrutando y su placer es el nuestro.
Rocío & Bonquio vinieron a mostrarnos su redondo trabajo, porque si hay algo de interesante en esta creación es esta mezcla de estilos que abre nuevos caminos y que defiende en toda su esencia la libertad. En el aguilando Droga cara y a ritmo de tambor, Rocío canta una frase tan contundente como Voy a parirme a mi misma. Y eso es lo que hacen en este trabajo, parir un nuevo concepto para que lo podamos asumir, entender y seguramente en un futuro quizás estudiar. Nos regalaron muchos momentos bonitos durante la noche, como con la alegre rumba De mi , con una Rocío subida a la mesa, cantando a toda potencia. Cuando ella se va del escenario, Bronquio sigue con sus mezclas, rapeando y animando. La noche llega a su fin y termina por todo lo alto: con las bulerías Mmmm, que adaptan unas letras de San Agustín, El corte más limpio, que es sin duda la mas puramente electrónica y como era de esperar, la bella Toná La marca, cerrando una noche en la que se respiran tantas emociones a la vez. Por más noches como esta llenas de arte, cante flamenco, tradición, mezcla y futuro. Gracias por el mensaje final, con el que, como colofón, nos vamos totalmente plenos:
Rocío Márquez: voces y cuerpos
Bronquio: programación y sintetizador
Movimiento escénico y coreográfico: Antonio Ruz
Espacio sonoro: Javi Mora
Letras: Carmen Camacho, Rocío Márquez, Macky Chuca, Luis García Montero, Antonio Manuel, Livia Marín, Santiago Gonzalo, San Agustín, Federico García Lorca, Miguel de Unamuno y Antonio Mairena
Concepto y dirección artística: Emilio Rodríguez Cascajosa y Juan Diego Martín Cabeza