13/11/2019. Versos y Jipíos. La Cochera Cabaret.
Texto: Manuel Malaka l Fotos: Paco Lobato.
Para olvidar lo mediocre de la vida política de nuestro país, este miércoles 13 La Cochera Cabaret nos trajo poesía y flamenco. O lo que es igual: Versos y Jipíos. La segunda entrega de este ciclo que pone rimas y vida al flamenco durante este mes de noviembre en nuestra ciudad.
Como el miércoles pasado con Vicente Soto Sordera, La Cochera vivió otro lleno absoluto y otra noche de poesía y de magia. Entre el público rostros habituales del flamenco malagueño como Carrete o Paco Lobato que firma las fotos de esta crónica. Y que ha inaugurado exposición en Velez-Málaga en estos días. Posiblemente una de las escasísimas ocasiones que tengamos para celebrar el Día del flamenco en Málaga, este sábado 16. Ya que como viene siendo habitual, la programación de nuestros teatros de la capital la pasan por alto un año más.
Menos conocida quizás Angelita Montoya que su hermana Lole, pero con los mismos mimbres. Ramas de un mismo árbol. Llegó al escenario de La Cochera, feliz de estar en Málaga, según comentó, y magníficamente acompañada por la guitarra de Fran Cortés, y las palmas y el compás de Juan Laike y Cristóbal García. También, para los que la conocimos y la disfrutamos, estuvo Antonia la Negra en el escenario, casi la podíamos sentir junto a ella, como siempre, haciéndole compás.
Nos trajo Angelita a La Cochera su primer disco en solitario: Versos Olvidados. Un maravilloso homenaje flamenco a la mujer y a la poesía silenciada, a través de los versos de las poetisas de la Generación del 27. Ignoradas con frecuencia a lo largo de tantos años, como Concha Méndez, Zenobia Camprubí,… Sus versos, rescatados del olvido, y a pesar de los años, no han perdido fuerza. Todo lo contrario, puestos en la voz de Angelita, tomaron un brillo nuevo, y resplandecieron como escritos ayer.
Angelita ha sabido rescatar estos poemas y construir con ellos un disco sereno y elegante. Su voz que es arroyo claro, fuente serena, como cantaban Lole y Manuel, junto con la música de Alejandro Cruz Benavides, y con la rica gama de sutiles aromas que aporta siempre la guitarra de Rycardo Moreno, hacen el resto para construir un disco impecable.
Hacia el ecuador del concierto sonaron unas bulerías que Angelita dedicó a la memoria de Manuel Molina. Y es que tras su pérdida en el 2015 y de Antonia La Negra (su madre) hace poco más de un año, Angelita aquí en Málaga, fue para todos los que estábamos en la sala, también un homenaje a esta familia, a este árbol de raíces profundas y de frutos generosos, a través del que llevamos décadas viviendo el flamenco.
Angelita ha crecido en los escenarios junto a su familia, ha sido su escuela. Debutó con solo nueve años con Nuevo Día, la obra flamenca dirigida por Lole y Manuel. Y a lo largo de varias décadas no ha parado de trabajar con ellos. Pero también ha compartido escenario con otros grandes artistas como Manuela Carrasco, Los Farrucos, Ricardo Pachón, Gaspar de Utrera, Chocolate, Chano Lobato, Joaquín Cortés....
Versos olvidados quiero rescatar
que no gane el silencio
Voces de mujeres quisieron callar
y no lo consiguieron
Cantos de sirenas, de mujer valiente
en la voz del pueblo
Brindo por la libertad, que me hace cantar
y no olvido tus versos.
Así terminó una noche mágica, que nos supo a poco. Porque el flamenco en la voz de Angelita y cargado de poesía se crece en belleza, brilla y trasciende. Impecables jipíos y versos llenos de vida. ¡Qué no muera nunca este árbol que da frutos tan dulces! ¡Ole los Montoya!