09/10/2023. Teatro Cervantes. Festival Únicos.
Texto: Carmen Titos | Fotos: promocionales / TC
La idea consistía en hacer converger el tango y flamenco, pero el espectáculo adoleció de falta de cohesión. El abrazo de ambos géneros no se produjo, aunque Antonio Carmona, Raúl Lavié y Arcángel se abrazaran varias veces. “No ha fusionado”, se escucha comentar a la salida. Desgraciadamente, a pesar de contar con magníficos músicos y voces, se notaba que faltaba coordinación y ensayo.
Abría Antonio Carmona, que consiguió popularidad con el mítico grupo Ketama con el cultivo del “flamenco fusión”, a pesar de los halagos que profirió a la ciudad de Málaga, no consiguió transmitir solidez, ni en su voz ni en la preparación, bajando constantemente sus párpados hacia el teleprónter que estaba a sus pies.
Raúl Lavié ‘El Negro’, destacado cantante de tango, a sus 86 años, tras cincuenta años en los escenarios, ha ganado el premio Gardel a la Trayectoria y ha actuado, entre otras grandes figuras, con Astor Piazzolla, quien afirmaba que Lavié es “la voz de Buenos Aires”, aprovechó su experiencia y consagrada voz. Su poderío vocal y su carrera son incuestionables, pero vacilaba, se equivocaba, se respaldaba en su bagaje, su potencia y el terreno conocido al cual se agarraba para no caer en el abismo.
Solamente Arcángel (cantaor, compositor, impulsor del flamenco, director de la Cátedra de Flamenco de la Universidad de Córdoba) parecía haber hecho los deberes, y salvó con su característica delicadeza y finura su parte del show. Su apartado quedó limpio junto a su virtuoso guitarrista y magnífica bailaora de flamenco contemporáneo, pero la piedra pulida que presentó su cuadro flamenco acentúo aún más el desequilibrio dentro de un trabajo en global que nadaba a la deriva.
Un desperdicio desplegar una tremenda orquesta sinfónica cuando el eje del espectáculo es frágil. Edgar Ferrer probablemente es consciente de las carencias y fortalezas del espectáculo, y por desgracia, las debilidades eran manifiestas. No estaban claras las entradas y salidas, se esperaba a un artista por la derecha y entraba por la izquierda, se retiraban los cantantes y la orquesta se quedaba desamparada durante incómodos largos segundos escondiéndose tras sus instrumentos. Una pena… Los cabezas de cartel estuvieron cubiertos por el cariño de un público fiel, pero no se pudo obviar el fiasco.
Espero que logren ensamblarlo para futuras actuaciones. Un espectáculo con un buen germen y una buena idea, con una orquesta de altura y profesionalidad pero sin coordinación, no es un espectáculo global. El cariñoso público malagueño trata de completar los vacíos, pero no puede evitar el desencanto.
Director musical Edgar Ferrer
Orquesta Única
Canter Taja Producciones SL
1.20h (s/i)