Sábado 22/11/2014. Teatro Echegaray
Texto: Cristina Sirur Flores | Fotos: Marco Takashi
Alba, Marta, Alicia y Roser… Cuatro nombres cuyas primeras letras forman la palabra amar. Cuatro mujeres que en armonía y elegancia nos muestras cuánto aman lo que hacen.
Es increíble la cantidad de sensaciones que son capaces de trasmitir sobre el escenario. No son flamencas, no son clásicas, no son bailaoras, ni poetas, pero todo lo hacen con maestría.
En todo momento se huele a mediterráneo y a trópico. Marearon de placer con su arte: tanguillos, baile, zapateo, rumba, poesía, y hasta con una canción en catalán, Plaça del Diamant, que según la aclaración de Roser (con algo de guasa ) es la única canción en catalán.
El solo de guitarra de Marta, acompañada por el violín de Roser, nos transportó dejando al respetable en un silencio absoluto. El sonido del violín mecía con delicadeza y sensualidad musical todas las canciones. Las guitarras, tan andaluzas ellas, unas veces flamencas, otras clásicas; ahora fiesteras y de repente melancólicas. Pero siempre cómplices y sentidas.
La voz del grupo, Alba, sorprende por su ductilidad y solera. Pasa de una tonalidad suave a la voz rasgada para el flamenco, o con la picardía para un tanguillo, sin ninguna dificultad. Todo esto arropado por el ritmo, fuerza y compás de la percusión de Eric Castillo.
Ver en el escenario a estas cuatro bellezas, con el fondo rojizo del telón y Alba marcándose un baile… de lujo.
Son artistas con identidad propia y sabiduría. Entrañables y cercanas con su público que las mimó como ellas se merecen. Tenemos la suerte que dentro de unos días saldrá a la venta su tercer disco.
Como era de esperar el espectáculo se hizo corto, pero ellas regalaron, a corazón abierto, un “fin de fiesta” inmejorable. Sonó Ella tiene poder, Barcelona tiene poder… y el público sorprendentemente se la devolvió reciclada : "Las Migas tienen poder, Las Migas tienen poder…” Gracias chicas!
Teatro lleno y larga ovación.
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