02/11/2018. Teatro Cervantes. 32 Festival Internacional de Jazz de Málaga.
Texto: Mikel Villar | Fotos: Daniel Pérez y promocional / TC
Porque sí.Los ritmos del jazz inundaron el Teatro Cervantes para deleite de un público entregado y que a pesar de un repertorio sin grandes novedades, disfrutó de la maestría del baterista panameño-estadounidense Billy Cobham y de su banda.
En un Cervantes abarrotado y con 15 minutos de retraso Jesús Sánchez y Tete Leal presentaron y entregaron el Premio Málaga Jazz a Billy Cobham, que tras agradecer de manera escueta el premio rápidamente se sentó a los mandos de su batería de doble bombo. Arrancó el concierto flanqueado por guitarrra y bajo y con los dos teclados enfrentados uno al otro al frente del escenario.
El repertorio con una clara influencia rockera y donde la batería se lleva el protagonismo, nos trae a la memoria bandas sonoras de los años 70, sin duda por la intervención de los teclados electrónicos con sonidos de sintetizador, aunque en ocasiones también rememora sonidos salseros y solos de guitarra claramente influenciados por el maestro Santana.
Tras los primeros temas, Cobham se acerca al borde del escenario para presentar a su banda, agradecer al público la asistencia y promocionar su último disco que el propio autor estuvo vendiendo en el vestíbulo del Teatro a la salida del concierto. Recordó pasadas actuaciones en Málaga y presentó en inglés, “porque mi español es muy malo” el siguiente tema, Panamá, para continuar con el concierto.
Con una bandana en la cabeza a modo de piloto japonés, Cobham demuestra su virtuosismo en las baquetas y porqué está considerado uno de los grandes maestros es eso de golpear con estilo. Exprime la batería al máximo, mantiene un ritmo frenético cuando hace falta, toca los platos de abajo a arriba, de arriba a abajo, percusiona con los dedos, cambia de baquetas, se le cae una al suelo pero no perdemos el ritmo y el patea el doble bombo, que a ratos hace retumbar los ritmos más bajos en el pecho de los asistentes. ¡Porque puede!.
A sus 74 años y tras colaborar con grandes como Miles Davis, Gil Evans o Chick Corea nadie puede dudar de su maestría y profesionalidad. Bien arropado por una banda más que competente, arrancó ovaciones y aplausos entre un público que terminó de pie y no paró de menearse en los asientos durante toda la actuación.
Billy Cobham. Batería
David Dunsmuir. Guitarra
Michael Mondesir. Bajo
Steve Hamilton. Teclados
Camelia Ben Naceur. Teclados