15/11/2015. XXIX Festival Internacional de Jazz. Teatro Echegaray.
Texto: Fco. Javier Rodríguez Barranco | Fotos: web
El pasado 10 de noviembre, tras dar un concierto en el Teatro Lara de Madrid, fallecía Allen Toussaint, un músico de Nueva Orleans, valga la redundancia, una referencia esencial dentro de R&B, un creador que dio sentido al concepto de eclecticismo musical. Y a Allen Toussaint, en particular, y Nueva Orleans, en general, dedicaron Dayna Kurtz & Robert Mache el quinto tema de los interpretados el 15 de noviembre de 2015 en el Teatro Echegaray, dentro del XXIX Festival Internacional de Jazz de Málaga.
Y yo la verdad es que para determinados eventos prefiero la intimidad del Teatro Echegaray sobre la prosopopeya del Cervantes, pero esto, como todo en la vida es muy discutible y estoy dispuesto a aceptar opiniones divergentes. El caso fue que Dayna y Robert desgranaron gran parte del repertorio de su nuevo disco, Rise and Fall, donde el sentimiento de justicia social y abolición de los valores absolutos está muy presente.
Oficialmente, al menos según el programa del Festival, se trata de lo mejorcito de la música “underground” de Estados Unidos, pero, claro, en este caso sería necesario definir “underground”, porque desde luego lo que yo he visto en el Echegaray nada tiene que ver con mi concepto de esa opción creativa ¿Lo dejamos en música alternativa? Creo que esa denominación se le ajusta mucho mejor. Sí que es cierto que en lo que llevan de gira, ésta era la primera vez que tocaban en un teatro, puesto que todo lo anterior ha sido en clubes de rock. No sé, quizá deberíamos definir claramente en qué consisten los estándares estéticos del “underground”.
Tampoco puede afirmarse que jazz, jazz jazz, lo que se dice jazz es lo que nos han ofrecido Dayna y Robert, que se morían por un vaso de Rioja tinto, en el sentido de que la música se subordina a la vocalista y esta a la letra de las canciones, interpretadas sólo con cuerdas (Dayna voz y guitarra y Robert voz, guitarra y mandolina, que es mucho menos castiza que la bandurria, pero que cuenta con algunas referencias ilustres, como el Concierto para dos mandolinas y orquesta, de Antonio Vivaldi).
Incluso parecen desaparecer en ocasiones los instrumentos, como en la tristísima If I Go First ”, que fantasea sobre la posibilidad de que un amante fallezca antes en las diferentes estaciones del año y que es interpretado casi a capella.
Y es que, a lo que realmente hemos asistido, de lo que hemos disfrutado ha sido de un concierto que navega sobre las ondas de diferentes géneros que mantienen frontera entre sí: muy concretamente, el country, el folk, lo espiritual y el blues. Puede que a esa mezcla se la denomine R&B.
Al más puro estilo bobdylaniano, por ejemplo, Dayna arremete en canciones protesta contra el integrismo cristiano, que es bastante acusado en los Estados Unidos, o se conduele rabiosamente por las víctimas del 11-S, pero yo me quedo con la intensidad blusera de I feel bad in good, donde la cantante desbarata el topicazo de que una mujer en la cuarentena sin pareja y sin hijos es una fracasada.
Por último, Brenda Lee es una de las artistas evocadas en este concierto, en el que la voz de Dayna, dulcemente áspera, se sitúa entre la fuerza cristalina de Eva Cassidy y el desgarro quebrado de nuestra Concha Buika. Muy apta, en todo caso, para moverse con soltura entre los diferentes géneros que hemos enumerado en los párrafos anteriores. Difícil de clasificar, pues, en un género musical concreto Dayna Kurtz, como también lo son las dos otras dos artistas recién mencionadas, tristemente fallecida en edad demasiado temprana la Songbird de Eva.
Rise & Fall
Voz y guitarra: Dayna Kurtz
Guitarra, voz y mandolina: Robert Maché