Terral. Festival de verano 2012. Teatro Cervantes. 14/07/2012
Textos y fotos: José Cortés
Nueva Lito Blues Band rinde tributo a la mítica blueswoman Etta James en otro concierto del Terral.
El 20 de enero de este año nos dejaba, posiblemente la voz femenina de blues más relevante de la historia. Definirla como mítica no es gratuito puesto que es su biografía un sin fin de historias que van desde la tragedia a la comedia y donde no se sabe muy bien qué es cierto y qué es inventado.
En esta ocasión es la Nueva Lito Blues Band, la que nos hace llegar los sonidos de ese Blues americano de los años 50 del siglo XX cuando la generalización de la guitarra eléctrica lo cambió todo. La banda malagueña hace un repaso más o menos exhaustivo al repertorio de la gran solista, incluyendo principalmente canciones de su época en Chicago con Chess Records.
El concierto comenzó de forma puntual a la hora prevista y con una entrada floja, menos de media entrada. Curiosamente un concierto como éste, de una calidad contrastable, tuvo una afluencia pobre. Las comparaciones son odiosas, así que evitaremos hacerlas. En fin, quizá el día que Lito deje este mundo, tal vez los malagueños, le reconozcamos como suele ocurrir.
En fin, a lo que nos ocupa. Da salida al escenario, la banda estuvo formada en un principio por 5 músicos, con estructura clásica de Blues: guitarra, teclado, armónica, bajo y batería. Una entrada instrumental que serviría de calentamiento antes de la aparición de Suzette. La cantante lucía un vestido largo muy del estilo de las madrinas del Soul y un maquillaje con brillantinas que daban un aspecto radiante a la voz de esta banda.
Los sonidos, los clásicos del estilo de los doce compases como son los patrones de llamada y respuesta, las voces, las técnicas de guitarra de vibrato, bend o slide unidos a la armónica diatónica y al teclado con sonido Hammond. Temas como A change is gonna do me good, Strongest weakness o At last (acompañados por una flauta) volaron por el Cervantes.
Músico por músico (alfabéticamente):
Suzette: es capaz de seducir al oído, alternando dulzura con fuerza y tristeza. En su voz, aparecen en ocasiones fogonazos de Aretha Franklin, en las canciones más lentas como At last; o de Tina Turner en ritmos más rápidos como los de Strongest weakness o The blues is my Business.
Hay un par de cosas que se podrían mejorar de cara a dar un espectáculo completo, de un lado, la ausencia casi total de coros, que en determinados momentos se echan de menos y de otro, el sonido, puesto que en ocasiones, la voz apenas se oía a favor de la guitarra o la armónica y la flauta, de los que no se apreciaban matices. Es posible que mi posición lateral en el patio de butaca me permitiera solo oír la parte de mi lateral de altavoces y sea por este motivo por el que la percepción del sonido no fuese muy buena.
Por otra parte se trata de una banda con muchos kilómetros recorridos, por lo que los temas suenan más que pulidos, sin fisuras y con los límites muy bien definidos. La instrumentación es lo que se espera, sin posibilidad de peros y la voz está perfectamente introducida en el sonido.
Para finalizar el concierto Tell mama, o mejor dicho, una versión “extendida” de la canción en la que se presentó la banda y dónde Suzette aprovechó para, dejándose el micro en el escenario, pasearse por el auditorio saludando al respetable y despedir el concierto.