15/07/2016. Finca el Portón. Alhaurín de la Torre.
Texto: Carlos Guerrero │ Fotos: web
Lucky Peterson es un enfant terrible, un auténtico torbellino sobre el escenario, cuando lo pisa, porque se pega medio concierto tocando la guitarra de paseo por el graderío. Lleva el blues en la sangre y le sale por la garganta, acompañándose de la Gibson o sentado al Hammond. Su padre regentó el Governor’s Inn, un famoso club de jazz en su Buffalo natal, a quien Lucky dedica su último disco de estudio, Son of a bluesman. Desde que con 5 años se diera a conocer con 1-2-3-4 (versión de Please, please, please del maestro James Brown), Lucky no ha parado de trabajar. El que fuera niño prodigio es hoy un auténtico currante que bebe de todos los grandes. Ha colaborado con figuras de la talla de BB King o Etta James. Su discografía es apabullante y sus conciertos un auténtico show.
Tras disfrutar del jazz ecléctico de Lucía Rey Trío en la plaza Antonio Romero dentro del concurso de talentos que organiza el Portón, buscamos acomodo en el repleto anfiteatro del escenario principal.
Batería, bajo y guitarra eléctrica son los aliados de Peterson para secuestrar a un público bajo el síndrome de Estocolmo, totalmente entregado al bluesman desde que apareciera en escena. Boogie thang es la potente entrada de la banda con la guitarra eléctrica de Shawn Kellerman marcando el territorio a golpe de cadera. El guitarrista ha sido recientemente galardonado con el premio a mejor guitarrista blues en su país natal, Canada. Y bien que lo merece, su presencia en escena es arrolladora y su sonido un directo a la mandíbula. Tiene swing, dedos y gusto y conoce bien todas y cada una de las diabluras con que Peterson trufa sus directos para estar siempre al quite. En la sección rítmica, el bajo de Timothy Waites (el cuñao del jefe) y la batería del cubano Raúl Valdés forman un todo compacto y preciso. Coloridas líneas de bajo siempre a tempo y un golpe de baqueta potente son la marca de la casa. Toda vez que la banda dejó claro lo que saben hacer, apareció Peterson en el escenario del Portón, y sin pensarlo dos veces atacó a golpe de Hammond. Ya no hubo tregua. La simpatía de Peterson se ganó pronto a los asistentes, que rompían a aplaudir a manos rotas para celebrar cada nuevo tema. Funky Boradway y I can see clearly now dieron paso al único momento de tregua en el concierto, el tempo mecido de Trouble nos recuerda que la hondura del blues se magnifica en los lentos.
Tras solventar algún problemilla con el jack inalámbrico de la guitarra eléctrica, Peterson se bajó del escenario con la Gibson a cuestas. De paseo en paseo tuvo tiempo para rendir tributo a Ray Vaughan y recordar algunos de los riffs más famosos de Hendrix o Santana. Llegó a cansar con tanta charla y tanto parón, pero el público parecía encantado con la cercanía de Peterson, al que no se le puede reprochar falta de entrega. En estas, un nutrido coro de fans se parapetó frente a las primeras filas para seguir disfrutando de temas como I’m still here, Johnny B. Good o Boogie Woogie blues party. Tras la obligada ronda de solos, llegó el homenaje a Prince con Purple rain y un recuerdo al gran Stevie Wonder. Habían pasado ya más de dos horas cuando la banda se fue a camerinos para al poco salir a vender y firmar sus propios discos.
Lo de la otra noche en el Portón fue una autentica celebración de la vida desde la tristeza del blues eléctrico. El festival es ya por derecho propio una cita ineludible para los aficionados del jazz andaluces. Quiero señalar que para esta edición la entrada ha sido numerada, lo que sin duda ha ayudado a que la actuación previa en el concurso de talentos se disfrute hasta el último acorde sin que el público tenga que ir poblando el escenario principal para coger un buen sitio. También ha sido un acierto el postconcierto, con un dj prolongando la fiesta hasta bien entrada la madrugada.
Veremos lo que nos traen Incognito y Youssef. Se presagian más noches de verano cargadas de buena música en el Portón del Jazz de Alhaurín de la Torre. No dejen que se las cuenten.
Lucky Peterson, teclados, guitarra eléctrica y voz
Timothy Waites, bajo eléctrico
Shawn Kellerman, guitarra eléctrica y voz
Raúl Valdés, batería