24/07/2016. Festival Terral. Plaza de Toros de La Malagueta.
Textto:Carlos Guerrero | Fotos: Daniel Pérez / TC
Málaga recordará el exquisito concierto de Melody Gardot en el Terral 2016
Fue antes de interpretar Baby I’m a fool, cuando la guitarra de Gardot empezó a emitir un ruido casi imperceptible con cada rasgueo. Entonces, la joven cantante de Nueva Jersey dejó claro que, sin importar lo que cueste ni el tiempo que tarde, ella las cosas las hace bien o no las hace. En un impecable francés -como el español en que se dirigió al público de la Malagueta durante toda la noche- le indicó al técnico que cambiara la pila. Dicho y hecho, cambio y vuelta al sonido nítido. Melody Gardot aprendió hace una década tras el accidente sufrido cuando un todoterreno la atropelló mientras montaba en bici que todo problema tiene solución. Los médicos la desahuciaron, apenas podía hablar ni moverse, pero ella decidió que volvería a calzarse los tacones para bailar y hacernos disfrutar con su voz carnosa y su talento genuino para componer en la frontera del jazz con el blues, el soul y el pop. Por eso, una pila a punto de gastarse no es más que un buen momento para reivindicar la belleza de lo inesperado, de la que se nutre la música en directo. Y así, de un sonido rasgado, surgió otro más limpio y poderoso.
Pasaban ya veinte minutos de la hora señalada cuando Melody Gardot apareció en escena rodeada de una banda perfectamente engrasada. Su música como señaló otro crítico, es jazz, sin serlo, aun siéndolo. Todo cubierto, añado, con una pátina de melancolía y elegante dulzura. La chica que empezó escribiendo las canciones de su primer disco en la cama de un hospital se ha convertido en una dama del jazz actual, requerida en toda plaza que se precie. La Malagueta fue la plaza en Málaga y las entradas costaban un dinero, pero bien lo valían. Desde la interpretación hasta el sonido pasando por la luminotecnia, todo fue excelente. Apenas se pobló el tendido, lo que provocaba esa leve pero desagradable reverberación en el ruedo casi lleno. Nada importante, al contrario, la pulcritud sonora fue sobrecogedora.
Currency of Man es su úlitmo lanzamiento discográfico (2015), del que se nutrió el grueso del concierto estrella del Terral 2016. El álbum posee un tono reivindicativo, a través del cual la cantante se aleja de los temas introspectivos, aunque tampoco se olvida de ellos, como en la advertencia al amante hecha canción en Don’t misunderstand. Para Preacherman, dedicada a Emmett Till, un joven negro asesinado en los años 50 en Estados Unidos por coquetear con una blanca, Gardot pidió la colaboración del público dividido en coros masculinos y femeninos. Más allá de la leve implicación de los presentes, la canción se hace himno partiendo del góspel para tocarnos el alma desde la bella melodía inicial. La negrura de It gonna come nos incita a levantar el culo del sofá para bailar su ritmo funky soul y de paso actuar para cambiar el mundo. Y con la potente She don’t know nos recuerda que ellas mandan.
Una auténtica delicia fue escuchar You don’t know what love is en la voz de Melody. Arreglos arriesgados y novedosos para un standard que nunca llegó a desfigurarse. Agradecida a su canción talismán, Baby I’m a fool sonó enternecedora en formato reducido, acompañándose exclusivamente de la caja con escobillas, su guitarra y la de Mitchell Long, un hombre que habla poco pero dice mucho.
La perfecta coreografía de la sección de vientos compuesta por la trompeta de Shareef Clayton y el saxofón de Irwin Hall Jr. dio fuerza y delicadeza a partes iguales. Excelentes en los solos, destacaremos el interpretado a dos saxos por Hall, que lejos de ser un alarde innecesario dio fuerza y color a Bad news (inestimable la ayuda del técnico para jugar con el sonido de un lado a otro en los altavoces). También tuvo su momento de lucimiento el contrabajo de Sam Minaie, con un solo en el que un leitmotiv iba mutando en armonías y líneas cada vez más retorcidas.
Sin alcanzar la hora y media de concierto la banda se retiró a camerinos para volver con el funky de Same to you y acabar cerrando así un gran concierto en La Malagueta. Se nos hizo corto, pero sabida es la relación entre la brevedad y la bondad de las cosas de nuestro refranero. Como si a Gardot también le supiera a poco, ya que, alejada de ínfulas de diva, se prestó a saludar a todo al que quisiera acercarse a la mesa puesta para la ocasión en el albero. Fue este el tono de cercanía mostrado por la cantante durante todo el concierto, y es de agradecer esa humildad en tiempos en que la frialdad cibernética del Me Sigue pareciera haber acabado con el calor de un apretón de manos o un beso en la mejilla.
Currency of Man
Melody Gardot – voz
Mitchell Long – guitarra
Sam Minaie – bajo electric y contrabajo
Devin Greenwood – teclados
Irwin Hall Jr. – saxos
Shareef Clayton – trompeta
Charles Staab - batería