Teatro Cervantes. 23/12/2014
Texto: Daniel Lozano | Fotos: web
Un año más el gospel se convierte en la gran propuesta navidadeña del Teatro Cervantes de Málaga. Este año nos acompaña Mississippi Gospel Choir, uno de los grupos más representativos de este género del sur de los EEUU. El grupo estaba formado por veinte artistas, contando al pianista, y estuvo dirigido con alma por Jeffrey Murdock.
A diferencia del año pasado con Alabama Gospel Choir, es ésta una propuesta más austera, comedida y con menos traca. Las comparaciones se alejan de cualquier objetividad en ocasiones, pero claro, si la linea de programación navideña en el Cervantes consiste en ofertar al público malagueño este género, deben cuidar los cambios y que estos no vayan a menos, y este ha sido el caso por desgracia. Esta vez hubo menos momentos para que los solistas aportaran oxígeno y variedad a la propuesta musical. Al mismo tiempo las intervenciones solistas no fueron inolvidables al igual que otros años. A tener en cuenta también el acompañamiento, que en esta ocasión ha sido un piano en detrimento de una banda, que aporta más variedad y matices a lo largo del concierto. No lo comentaría como una pega si el pianista hubiera sido sobresaliente, pero no fue el caso, se limitó a acompañar con lo justo, sin aportar algo más que eso, el acompañamiento. A veces incluso me pareció limitado en armonía, dejando giros ávidos de acordes que brillaban por su ausencia.
Respecto al sonido sólo pongo una pega y no es pequeña, en una de las intervenciones solistas el micrófono estuvo sin volumen durante al menos tres minutos, algo inaceptable para un concierto en un teatro como este y con un precio de entrada generoso. Me pregunté a lo largo de esos tres minutos el por qué no se solventaba el problema o salía en su defecto alguien con otro micrófono para que la solista se le escuchase. Por lo demás perfecto, un sonido equilibrado, una ecualización muy acertada para esta formación, favoreciendo que las voces sonarán con cuerpo y se distinguiesen unas de otras gracias a un cuidadoso y comedido uso de la reverberación.
En definitiva, un agradable concierto que en mi opinión pudo dar más de lo que esperábamos todos, sobre todo los que repetimos.