07/04/2018. Teatro Cervantes.
Texto: Rosa Parra Moreno | Fotos: Promocionales / TC
Rock, pop y baladas contemporáneas se fusionan fácilmente en este espectáculo con compositores clásicos, con una naturalidad que parece impostada, de lo asequible al oído.
El Teatro Cervantes estaba a rebosar, el público en pie, bailando, aplaudiendo, coreando, jaleando... en suma: disfrutando, como si estuviéramos en el albero de una plaza de toros al aire libre.
Canciones que conforman nuestra vida, que te devuelven a la infancia, a otro tiempo vivido intensamente, que te trasladan a una sala de fiesta, que te recuerdan un momento romántico..canciones que emocionan y provocan la nostalgia de lo que pudo ser y no fue, o de lo que sí fue, pero se fue para siempre; de lo que quieres que sea y a lo mejor no es… Pasión, sentimientos encontrados, emoción contenida o desatada. Todo eso provocó el musical.
Música para todas las situaciones y de todos los tiempos que anoche sonó en un mismo espectáculo. 'Music has no limits' repasó en el Cervantes la banda sonora de una vida con temas de Michael Jackson, U2, David Guetta, Lady Gaga, Adele, Queen, Guns 'N' Roses, Bruno Mars, The Police...
Rock, pop y baladas contemporáneas que se fusionaban con naturalidad con compositores clásicos como Giacomo Puccini o Johann Sebastian Bach. Porque, como percibes cuando presencias el espectáculo, en la música no existen reglas.
La estética del musical es rompedora, entre lo burlesco y lo circense, con toques del circo del terror en los aspectos de muchos de los intérpretes, el humo de las discotecas abordando el patio de butacas, la violinista cual trapecista blandiendo un violín si carcasa, o el violonchelo sin caja de resonancia, porque en realidad no necesitan de ellas, puesto que son instrumentos electrónicos, maquillajes y accesorios extremos, imagen y sonido fundidos en abrazos estridentes que caracterizan la escena, un pianista que hace números acrobáticos sobre el teclado, la base del piano de cola que sirve de plataforma de cantantes; crestas desproporcionadas, plumas de gargantilla.
Y una cantante lírica vestida al modo tradicional que curiosamente no desentona con el resto de parafernalias, igual que la conjunción de su voz de soprano no desentona con la voz de la roquera desgarrada o de la de blus-jazzistica.
Todo es excesivo y heterodoxo. Todo es clásico y vanguardista. Todo es obsceno y natural. Todo es practico y rebuscado. Todo es simple y complicado. Como la vida…como la música. Un formato que funciona por su capacidad de llegar e impactar a todos los públicos. Lo consigue por su intensidad visual, con un potente juego de imagen y sonido, y por la fuerza de su contenido. La ‘playlist’ enlaza piezas maestras de la música clásica con funk, góspel, rap y heavy metal, sopranos interpretando arias de ópera y éxitos de house. Cantantes, virtuosos de los instrumentos y expertos Dj’s repasan los ‘hits’ de estrellas como Michael Jackson, U2, David Guetta, Lady Gaga, Adele, Queen, Guns ‘N’ Roses, Bruno Mars o The Police mezclados con compositores clásicos como Giacomo Puccini o Johann Sebastian Bach. La banda sonora de una vida concentrada en algo más de hora y media de show.
El público, cada vez más desinhibido y desaforado a medida que avanzaba el espectáculo les pidió repetir al finalizar y nos regalaron un único bis, pero ¡¡qué bis!!: impresionante.
Director creativo Miguel Depáramo
1.40 h. (s/i)