05/07/2018. Festival Terral 2018. Teatro Cervantes.
Texto: Cristina Gandarias |Fotos: Daniel Pérez / TC
Soleá revolucionaria dentro del flamenco. De tal palo, tal astilla.Siendo mujer, mitad gitana y mitad paya y además innovando dentro del flamenco, yo diría que o es una loca kamikaze o una persona muy valiente. A juzgar por lo que hemos visto en el Festival El Terral en Málaga, me inclino más por lo segundo.
Si el padre de Soleá, Enrique Morente, en su día fue considerado el "punk del flamenco", su hija va a ser una de las precursoras de un estilo que no sabría bien como definir, pero que seguro que a la velocidad que hoy en día aparecen y/o adoptamos en nuestra lengua palabras como indie, hipster, selfie o mainstream, por poner algunos ejemplos, aparecerá una que la denomine a ella y a su estilo (si es que no existe ya y yo la desconozco), como en su día se creó la tecno-rumba para definir a Camela.
La menor de la saga Morente tiene un aspecto dulce, sale al escenario vestida con sus mejores galas como si de una boda gitana se tratase, y acompañada de sus músicos emite sus notas con unos arreglos algo psicodélicos y un estilo muy indie que se rompe a veces por la raza que la crió y que corre por sus venas, el flamenco.
Soleá tiene todavía poco recorrido en las tablas, pero ya se ha hecho con un público fiel que la sigue, le pide canciones e incluso bises. El escenario era una fuente que rebosaba ingenuidad, felicidad, juventud, ternura, buena música y una voz que lo mismo te traslada a las calles de Granada que a un festival en pleno verano en la playa.
Soleá pasará a la historia de la música por algo diferente al igual que lo hizo su padre, don Enrique Morente.
Soleá Morente voz
Edu Spin guitarra flamenca
Alonso Díaz guitarra y teclados
Luis Miguel Fernández batería
José Ubago bajo
Rocío Morales y Lorena Álvarez coros y palmas