Sala Paris15, Málaga. 14/04/2012
Texto y Fotos: José M. Cortés
A las 22 horas empezaba el bolo del grupo malagueño La Cena, de estilo Indie, muy acordes con el que-hacer musical del protagonista de la velada. Los andaluces estuvieron en el escenario durante aproximadamente 45 minutos en los que entretuvieron al público con un nivel bastante bueno, aunque no extraordinario; unos dignos teloneros.
Daban las 23.30 en el reloj y ya había pasado más de media hora en el cambio de instrumentos y acondicionamiento del escenario para el cabeza de cartel de la noche. En unos segundos se apagaron la música ambiente y las luces; los músicos salieron al escenario, dos guitarras, bajo, batería, teclado y micros varios.
El cantante vigués comenzaba el concierto algo más frío que el público que esperaba con avidez letras y sonidos, con Toda la verdad. Eso sí, poco a poco comenzaba a calentar la voz forzando una ronquera que aparentemente no era propia del cantante. Finalmente se aprecia como un matiz más natural de la voz de Iván Ferreiro, esta ronquera, que le dio calidez, en algunos momentos, que no en todo el repertorio.
A partir de este punto Ferreiro se sentó al piano para hacer un recorrido por su discografía, tanto en solitario como con Los Piratas.
Se puede decir que el cancionero interpretado por el solista gallego en Paris15 fue equilibrado, teniendo en cuenta que de los más de 25 temas que sonaron hubo para todos los seguidores, de los Piratas así como para los descubridores de la carrera en solitario del cantante.
Piezas como Canciones para el tiempo y la distancia, Tristeza, Toda la verdad, La canción del no o Perdidos hacen un cuidado repaso, entre otras, de la discografía en solitario. Además sonaron temas de los Piratas como Años 80, Promesas que no valen nada, M o Mi coco, entre otros.
El concierto evolucionó con una clara tendencia a los tiempos lentos, con atmósferas densas de sonido con prevalencia del teclado sobre los demás instrumentos. Una calidad sonora compacta que en general sonaba un poco plano. Sin embargo, los últimos cortes de su ex-grupo sonaron más duros y contundentes, lo que se agradeció con los coros de la práctica totalidad del respetable.
En definitiva un concierto de una duración cercana a las 2 horas, sobre todo destinados a los fans de Iván en solitario. El sonido un poco plano para el gusto del que suscribe, pero típico de los músicos Indie. La voz, después de los primeros compases se notó más cálida y cercana, demostrando dominio absoluto de las exigentes letras que sonaron durante los 27 temas interpretados. Por último, hablar de la puesta en escena, en la que lejos de intentar entretener al público con bromas o historias varias se limitó a cantar y tocar el piano; lo que lejos de estar mal demuestra un carácter un tanto seco.