Teatro Cánovas. Ciclo pop-rock. 14/10/2011
Texto: Daniel Lozano | Fotos: web
El Sr.Chinarro se presentó en el Teatro Cánovas con su nuevo disco –el décimo- bajo el brazo: Presidente. Un disco que, mirando hacia atrás en sus anteriores trabajos, resulta más luminoso y menos introspectivo, y sitúa al sexo como lugar común entre los temas. Las letras trivializan el amor idílico y lo alejan de cualquier tipo de idealismo para llevarlo a un plano más carnal.
El concierto tuvo como telonero al grupo granadíno Pájaro Jack, que saltó al escenario con buen sonido y con hechuras de gran grupo, pero que tendrá que pulir algunas cosas para dar el salto definitivo, como revisar algunas armonías e hilvanar mejor los temas en un directo. No se lo pusieron fácil a la estrella de la noche, el Sr. Chinarro, que salió a escena con un inesperado fallo ténico: sólo se oían los monitores. El sonido volvió a mitad del segundo tema y a partir de ahí pudimos ver a Antonio Luque (Sr. Chinarro) sin que hubiese ningún titubeo más en lo que se refiere al sonido. Quiero aclarar que llevaba su propio técnico y no era Richie (Ricardo Lopez) técnico de la casa, que esta vez trabajó en monitores.
La trayectoria de un artista consagrado se nota en un escenario. Sin duda alguna, un aforo que casi llenaba el teatro, pudo comprobarlo de principio a fin. Estamos ante un artista provocador, una mezcla entre lo mordaz y lo cómico, entre lo intelectual y lo banal. Se guardó el resto para sus letras y para un directo con un sonido potente, teniendo como cuerpo del concierto los temas de su nuevo disco sin olvidar algunas pinceladas de sus anteriores trabajos.
Sr. Chinarro cabalga con la libertad de ser independiente, no sólo en lo musical si no en lo que atañe a la discográfica, y eso se refleja en sus temas, que en ocasiones recuerdan al Lou Reed más vitalista, el de los 80 (“New sensations”) y al príncipe del underground en España, Javier Corcobado. En el concierto mostró su lado rockero, algunos guiños al grounge, y algunas guitarras con aires de surf rock al estilo Dick Dale, todo ello enmarcado en un claro sello Indie.
En cuanto a la banda eché en falta más peso, más textura, faltó empaque. Faltó una mayor presencia de la guitarra solista, más uso de riff y arpegios, propios de este género musical. A pesar de ello el sonido fue más que aceptable y todo estuvo muy bien cuidado. No sobró nada, y el público, entregado, disfrutó de un concierto distinto a los demás. No podía ser de otra manera, estábamos ante un artista capaz de no dejarnos indiferentes, que no es poco.
Dijo Bono, cantante de U2, que una canción es buena porque recuerda a otra. Creo que no es fácil conseguirlo sin perder tu propio sello. Antonio Luque lo consigue, nunca dejar de ser él mismo, y estamos ante un artista con grandes dosis de creatividad y autonomía.
El concierto fue intenso, generoso en cuanto a temas y no defraudó a los presentes, un público fiel a su particular forma de decir las cosas y a un directo que estuvo a la altura de las circunstancias. Toda una carrera en el pop español digna de un concierto como el que nos brindó.