Sala Eventual Music. 16/06/2012
texto: Ángel Antich | fotos: Jennifer Simón Vizán
A la hora señalada en el cartel (22:00), apenas había veinte personas rondando la puerta de la sala. La puntualidad andaluza no podía fallar a esta cita tan de la tierra. Aunque no era caro, seguimos creyendo en la crisis y también están ahí los exámenes...
Pero finalmente, el público terminó apareciendo... Rondando las 23:40, y con una entrada bastante digna, aunque sin lleno, aparecen los músicos en el escenario. Chacho a los tambores, Moi a las teclas, Pepe al bajo, Andreas al micro... "¿Y quién es ese guitarrista con cara de psicópata jevilón?"
Y empezaron los primeros acordes. ¿Acordes? Perdón, se me olvidaba que hablaba de O'funk'illo. Empezó, sin intención de parar, el huracán de slap y virguerías varias con el que don Pepe Bao, extraoficialmente conocido como el mejor bajista del estado, y sus compañeros, esperaban animar el cotarro.
Empezó el concierto con Riñones al Jerez, del primer álbum de la banda, seguido de un tema del nuevo; el que venían a presentar, "Dame la Pasta". Pero gracias a dios, solo tocaron dos temas más del "Sesión Golfa", que sin duda, no está al nivel de "O'funk'illo" (2000) o de "En El Planeta Aseituna" (2003), clásicos ya.
El funky bailongo inundó la sala con temas como O'funk'illo Groove y Dinero en los Bolsillos, para volver a apretar un poquito los dientes con A Jierro!, momento en el que la sala ya estaba inmersa en la locura; saltos, gritos, cuernos, pateos... Con A Shuparla Ya, los sevillanos volvieron a relajar al respetable, con un magnífico tema relajante y lleno de groove. A estas alturas Andreas, vocalista, empieza a dejar en manos del público parte de las canciones, permitiendo que el público se encargue de algunos versos... Tantos años de vida desfasada, han pasado factura a la línea del cantante. Sí bien al principio, con un comienzo tan potente, no había apreciado la baja forma física (y vocal) de Andreas, el mismo que hace años se pasaba horas y horas de concierto saltando y brincando de un lado para otro sin parar de berrear en andaluz.
Con Esso Cuenno o Fiesta-Siesta, daban paso, tras dejar exhausto una vez más al público, a un par de temas nuevos, bastante dignos, la verdad, con reminiscencias revolucionarias en tono ska (Revolución Urbana), y el single Hasta las Cejas, un buen funky de tempo perfecto para romperte el cuello acompañando las escalas trompeteras (en vivo lanzadas desde los teclados de Moi).
Y después de dejar absorto al público con un solo de batería y teclado, de corte electrónico, con sonidos ácidos dignos de la Roland 303 de los noventa, y torbellinos de batería impresionantes, vuelve el resto de la banda para volver al funk, esta vez de corte más metalero con El Marmol, con un riff de guitarra digno de Tom Morello, seguido de los famosísimos Nos Vamos Pal Kely, enloqueciendo a un público entregado, con empujones dignos del punk más transgresivo, y En el campito, “que te quita to el estrés que es un marrón”.
Tocaba ahora la Impresionante presentación de Rafa Kas como nuevo guitarra de la banda. Acordes de Whole Lotta Love, de Led Zeppelin. Y toda la banda entra con él. ¡Y vaya voz! Unos agudos excelentes. Menudo solo. En mitad del tema de los Zeppelin, se quedó solo tocando durante un buen rato. Impresionante. Tocaba con chupitos, detrás de la cabeza, con los dientes... Muy bien. Mucho rock and roll. Incluso se atisbaron algunas notas de King Crimson antes de volver a las guitarras de la versión de los ingleses.
En ese momento, donde hasta el guitarra de O'funk'illo se había ganado al público (como todo el mundo sabe, es el bajista quien reparte virtuosismo), tocaron el único corte del "No Te Cabe Ná" (2005); Rulando, con el que se despidieron del público (para volver un minuto después).
Y con El Planeta Aseituna llegó el solo de Pepe Bao. No hay mucho que decir... Brutal, aunque parece que Pepe no ha mejorado desde hace diez años, sigue haciendo casi lo mismo que entonces. ¿Habrá tocado techo?; quizás no se pueda tocar mejor, me preguntaba. De cualquier forma, Bao dejó claro, una vez más, la versatilidad de su instrumento. ¡Qué manera de sacar sonidos imposibles de un bajo!. Tocaba con baquetas, palmeando cual cajón flamenco, slapping, tapping, hasta tocaba las cuerdas por donde se afinan en la cabeza, más allá del mastil... ¡Y sonaba excelente!
Tras la hipnosis del solo de bajo (siempre acompañado muy sutilmente por un excelente batería), llegó la traca final. Pata Palo, de Pata Negra, tema que cerraba el primer álbum de los propios O'funk'illo, con un nivel de saltos y gritos únicamente superados por el siguiente tema; Killing In The Name Of, original de Rage against the machine, pero tema clave en la carrera de los sevillanos, siempre la tocaban en su época dorada (así como No Woman No Cry o alguna de o Smells like teen spirit, que esta vez no sonaron).
Andreas se dejó aquí la poca voz que le quedaba, y el público, las últimas gotas de sudor. Todas al unísono coreaban, versión made in Spain, el puente anterior al estribillo (no hace falta que lo transcriba), y entre distorsiones, riffs, saltos, melenas, pitos y flautas, sin que nos diéramos cuenta, otra vez sonaba Riñones al Jerez, cerrando así más de dos horas de concierto.
En resumen, conciertazo. Rumores me habían hecho esperar un concierto bastante pobre, pero la banda estuvo de sobresaliente. La única pega, la energía que el cantante se dejó en el camino hará unos cinco años.
Ah, y sí. Parecía imposible, pero lo hizo. Andreas saltó al público (valiente y forzudo público, eso sí) una y otra vez durante el último par de temas.