Sala París15. 22/10/11
Texto y Fotos: José M. Cortés
Tras un lapso de siete años el grupo madrileño vuelve presentando el LP Superbia, y lo hacen como mandan los cánones del rock, en la carretera, pasando por escenarios de toda España. En Andalucía son sólo dos conciertos, uno en Sevilla el día 21 y el de Málaga el día 22. En estos años, los músicos no han estado parados, puesto que los hermanos Escobedo han estado implicados en otros proyectos musicales. En cualquier caso, las señas de identidad del grupo se mantienen intactas y se manifiestan en letras profundas, oscuras, que se combinan con la voz melódica y las guitarras omnipresentes.
El concierto comenzó cuando salieron a escena los murcianos Darknoise, un grupo garage, en la corriente metal que presentan su primer disco Insomne. Se trata de un grupo de sonido pesado, denso, con bajos profundos y modulaciones vocales que recuerdan lejanamente a Sôber. Sin embargo adolecen de una mayor coherencia con el estilo que profesan, denotan falta de horas de ensayo y de desarrollo de las canciones, donde se echa de menos algún punteo de guitarra largo y preciso por parte del solista. Habrá que seguir sus pasos para ver su evolución futura, cuando se acoplen más como grupo.
Acto seguido salió Sôber al escenario, con una energía acorde al sonido que fluía de sus instrumentos. Los dos guitarristas y el cantante corrían de un lado a otro y cumplían con todo el ritual de posturas metaleras: brazos abiertos y mirada al cielo, piernas abiertas dejando colgar el instrumento o manos levantadas haciendo los cuernos ,entre otros. Junto a esto, los estilismos clásicos del metal, como son la ropa negra, las muñequeras de cuero y los complementos de acero... Un sonido potente, con una incansable voz que modulaba a su antojo Carlos.
A medida que iban sucediéndose los temas, se apreciaba que el grupo tiene kilómetros tras de sí, demostrando sus instrumentistas su buen saber hacer con múltiples giros sonoros y un manejo indiscutible de los pedales de efectos de guitarra y bajo en las distintas partes de cada pieza. No daban lugar al aburrimiento, haciendo continuas alusiones a una audiencia entregada que, una a una, coreaban cada canción.
El repertorio hacía un repaso por los 15 años de carrera, interpretando temas como La nube, Diez años, Oxígeno, Loco, Arrepentido entre otros clásicos de la banda, así como algunos de Superbia, como Tic tac o Naugrafo. Como valoración general hay que decir que es un repertorio de concierto muy ensayado y donde no se deja nada a la improvisación. Se trata de canciones hábilmente enlazadas por nudos instrumentales y reverberaciones guitarreras.
Cabe considerar dos partes del concierto como las de mayor interés por la ruptura que suponen con el resto. Una en acústico en la que Carlos Escobedo interpretó Naúfrago y que consiguió sacar el lado más sentimental a los asistentes. Y otra un duelo de guitarras solo apto para amantes de las seis cuerdas donde pudo comprobarse el dominio de las mismas de Jorge Escobedo y de Antonio Bernardini.
En general una buena actuación, generosa en tiempo, fluida, nada monótona y muy estudiada. Se percibe un buen trabajo por parte de Carlos, ya no solo como cantante, sino también como frontman, ayudado en esta tarea por su hermano Jorge. Asimismo el otro guitarrista, Antonio, con el baterista Manu Reyes, (el último en incorporarse al grupo) estuvieron a la altura de sus dos compañeros. Por último, las mezclas proporcionaron un magnífico sonido, en una sala que se consolida en el panorama de conciertos con carteles mensuales de nivel nacional.
Voz / Bajo - Carlos Escobedo
Guitarra - Jorge Escobedo
Guitarra - Antonio Bernardini
Batería - Manu Reyes