Viernes 23/05/2014. Sala Paris15
Texto: Carlos Guerrero | Fotos: Jesús Bautista
La percusión en manos de Pucho, como un timón firme que guía en la oscuridad, nos introdujo en La Deriva, tema que da nombre al último disco de Vetusta Morla. Este disco es más directo, más crudo, menos progresivo en el desarrollo de las canciones aunque igual de lírico que sus anteriores entregas, fiel a la complejidad de planos y el verso encriptado marca de la casa. Parece que quisieran reinventarse sin traición, resurgir de las cenizas que se acumulan tras cada álbum editado, alejarse así de la efervescencia arrolladora de Un día en el mundo y tamizar lo hecho en Mapas; en definitiva, reivindicar su madurez afianzando su lugar en la escena del pop-rock español, dirigiéndose a quien busca algo más que la inmediata satisfacción de un estribillo pegadizo, mas sin renunciar a ello.
Las concienzudas sesiones de composición, grabación y edición encierran un peligro, su plasmación en directo. Tras lo escuchado y visto el pasado viernes, podemos afirmar que el trabajo en vivo no sólo está a la altura del disco, sino que da muestras de que La Deriva encierra una labor de estudio tan meticulosa como su puesta en escena. La fidelidad a los cortes del álbum recién publicado en el directo es en ciertos momentos abrumadora, llega incluso a coartar, dejando a los amantes del vivo con el deseo de saciar su apetito de escucha de la versión en directo, fuera del corsé impuesto por los tres minutos y pico. Sin embargo, esta dosis de espontaneidad necesaria en cada concierto llegaría con Un día en el mundo o Lo que te hace grande, donde la banda buscó desterrar la desidia del tema trillado, insuflando nuevas aires a lo tantas veces escuchado e interpretado. Golpe maestro nos recordó que aún hay esperanza y nos enseñó una cara más abiertamente reivindicativa del grupo. Fuego prendió la sala y en estas, llegado el ecuador del concierto, Alto dio pie a una pequeña sesión en acústico. De ahí en adelante no hubo tregua: la bella Cuarteles de invierno, la fuerza de La cuadratura del círculo, la necesaria levedad de Tour de Francia y los riffs de Fiesta Mayor despegaron los pies del suelo de todos los allí presentes.
Más de dos horas de concierto de entrega y de fe en sí mismos dejaron al público ahíto. Un público que, como suele pasar, vivía aún más de los recuerdos de glorias pasadas que de los temas presentes. Ajeno a las debilidades del sonido de una sala que debería plantearse seriamente realizar un análisis acústico de su habitáculo, habida cuenta del oscuro resultado sonoro general, especialmente apagado y difuso en las zonas alejadas al escenario. Salimos náufragos todos, masa a la deriva en busca de su coche, para −como pude escuchar en La Deriva de los altavoces ajenos− superar la vacuidad generada por lo efímero del gozo reciente.
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Vetusta Morla son:
Pucho (voz)
David García "el Indio" (batería y coros)
Álvaro B. Baglietto (bajo)
Jorge González (percusiones y programaciones)
Guillermo Galván (guitarras, teclados y coros)
Juan Manuel Latorre (guitarras y teclados)